VÍDEO BLOG #Miedodequé?: La dialéctica que nos hemos comido de la izquierda: crímenes de género, pero no étnicos o religiosos, por Víctor J. Hernández Bru.
Una mujer ha sido vilmente asesinada en Almería. No es la primera ni, lamentablemente, será la última. Lo primero es mi solidaridad y pésame a la familia y mi condena a toda esa gentuza que se cree con derecho a tomar decisiones sobre la vida de los demás, sean hombres, mujeres, altos o bajos, ricos o pobres, españoles o extranjeros, católicos o budistas.
Pero en este lamentable crimen, en el que repito, lo importante es el crimen y no los protagonistas, se esconde a la perfección cómo la izquierda sigue ganando la batalla cultural de manera flagrante y aplastante sobre el resto de la población. Resulta que hay un factor no mayoritario en este asesinato, que es que el hombre de una pareja ha matado a la mujer. Esto es una circunstancia absoluta y lógicamente minoritaria, porque, perdón por la perogrullada, la inmensa mayoría de los hombres no matan a sus mujeres, como la gran mayoría de las mujeres tampoco terminan con la vida de sus maridos.
A pesar de ello, vivimos en un país en el que todo hombre, por culpa de estos asesinos y de una ley anticonstitucional como es la LIVG, que niega la presunción de inocencia que es la base de toda democracia, todos los hombres estamos obligados a demostrar nuestra inocencia si somos acusados de un crimen de este tipo o, de lo contrario, seremos declarados culpables.
Sin embargo, en el crimen de Pescadería sí hay un factor que es mayoritario y determinante, como es el de que, tal y como reflejaba el lunes mi querido Jesús Muñoz en ‘es La Mañana de Federico’ con Sara Sanz, más del 80% de los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas en España se dan entre personas de unos determinados tipos de creencias religiosas, en las que la violencia contra la mujer está tolerada en función de qué casos.
Esa creencia no es, desde luego, la cristiana. Se da la circunstancia de que en España, la mayoría de los hombres o no profesan ninguna religión o son cristianos, pese a lo cual hemos llegado a un estado de cosas en el que se coloca el cartel de sospechoso a todos los hombres y no en concreto a los hombres de ese tipo de creencias religiosas.
La razón de esa repugnante realidad es la consecuencia de la politización de la violencia que ha realizado la izquierda, gracias a su enorme habilidad para controlar el discurso público y social y para manipular los diferentes canales de comunicación, con la connivencia de la mayoría de los medios informativos, que precisamente han sido montados y son constante y permanentemente subvencionados por los propios partidos de izquierdas.
Como periodista, me sigo preguntando, continúo esperando que alguien me explique por qué demonios es pertinente ocultar la creencia religiosa y la procedencia de los asesinos en las informaciones de la prensa y por qué lo es especialmente cuando se trata de sesgos que se muestran estadísticamente tan mayoritarios en este tipo de violencia; mientras que lo que sí se airea a los cuatro vientos, hasta incluso haber conseguido tipificar un tipo de violencia concreta, es el sexo del agresor.
Una vez más, la izquierda gana el discurso, gana la batalla cultural. Y los demás, el resto de la sociedad que no es de izquierdas, calla, se oculta, se reprime y sigue viviendo en la cárcel y con miedo, no sea que venga alguna Tanqueta y nos llame fascista, machista, sexista o trapecista.
