VÍDEO BLOG #Miedodequé?: La penúltima: ahora los socialistas os coméis que reventar cabezas de policías no atenta contra los derechos humanos, por Víctor J. Hernández Bru.
No hay muchas cosas en este mundo y en este momento que me parezcan más indignas, más vergonzosas, más humillantes que ser militante del Partido Sanchista Trolero Español. Desde la llegada de Pedro I El Falso-Pedro Chapote, los socialistas no han parado de ver disminuir su propia dignidad personal, a base de comerse todas las vergüenzas de este tipejo que, sí, efectivamente, también nos está humillando a los españoles en general, pero con la diferencia de que los que no somos socialistas al menos estamos manifestando nuestra disconformidad.
Pactos con los populistas comunistas de los que cinco minutos antes renegaba, acuerdos de gobierno e intercambio de apoyos con el partido que defiende los asesinatos de ETA, cesiones ante prófugos de la justicia y personas y partidos que participaron en el golpe de Estado el 1-O en Cataluña, declarando la independencia de Cataluña y, en general, encamamientos con todo lo más repugnante y asqueroso de nuestro país, para terminar de pulir el grado de prestigio que tiene este partido que, hay que recordarlo, fue responsable del asesinato de Calvo Sotelo en 1936, que terminó siendo la espoleta que desencadenó la Guerra Civil Española.
Cada día desayunamos con una nueva muestra de la falta de escrúpulos de quienes comandan la nave y de dignidad de quienes colaboran con ellos, remando abajo en galeras, aún sabiendo que el destino final es un mar de rocas que les conduce directamente al abismo.
La última ha sido la estupidez infantil, impropia incluso de un alumno del parvulario, con la que responder a las inabarcables demandas de los prófugos golpistas de Juntos por Cataluña, que han exigido que quienes, en la Cataluña post-golpista, quemaron contenedores, bloquearon aeropuertos y estaciones de ferrocarril, asaltaron comercios, destrozaron mobiliario urbano, apedrearon a las fuerzas de seguridad, asaltaron camiones con armamento o reventaron cabezas y piernas a policías.
El partido de Puigdemont ha exigido, para seguir apoyando al gobierno de Pedro I El Falso-Pedro Chapote, que todos esos terroristas, ya condenados, sean perdonados y sus penas suspendidas, en una nueva medida, y esto no es nuevo, que atenta directamente contra nuestra Constitución, nuestro ordenamiento jurídico y también contra los más básicos postulados de la Unión Europea y de los Derechos Humanos.
La manera de explicarlo de ese necio, de ese botarate, de ese imbécil de alta intensidad que es Félix Bolaños, ha sido que ese terrorismo es menos terrorismo si lo comparamos con el de ETA y que no es un terrorismo que atente contra los Derechos Humanos, de lo que se puede colegir que los policías que se han visto obligados a abandonar sus carreras profesionales debido a las lesiones que han recibido no contaban su integridad física entre sus Derechos Humanos; o que el ciudadano francés que murió en el Aeropuerto de El Prat por no poder alcanzar un avión ante el bloqueo, no contaba con el derecho a la vida entre sus Derechos Humanos.
Voy a insistir una vez más en que el gran peligro, el gran problema no es la imbecilidad congénita y la maldad intrínseca de personajes que nos gobiernan como Félix Bolaños: el verdadero problema lo constituyen todos los que lo aguantan, los que callan, los que agachan la cabeza y, por supuesto, los que incluso lo jalean, en un acto miserable de sobarle el lomo a cambio de la magnanimidad de mantenerlos en sus puestos, que son para lo único que sirven. Ésos, en Almería los Lorenzo, Sánchez Teruel, Adriana Valverde, Ruiz Del Real, Esperanza Pérez y compañía, ésos y no otros son el gran problema.
