VÍDEO BLOG #Miedodequé?: El trato que España da a las empresas, por Víctor J. Hernández Bru.
De repente, en un mismo día, una concatenación de hechos te despierta y te saca del absurdo conformismo en el que las magistrales estrategias de comunicación de la izquierda te han sumido sin que te llegues a dar cuenta.
Hablemos de empresa. Vivimos en un país en el que al empresario se le considera el enemigo, por la sencilla razón de que la izquierda se ha ocupado durante cuarenta años de inyectarle ese virus a la ciudadanía en vena. El empresario es un presunto explotador, por el simple hecho de buscar la productividad de sus compañías, lo cual, por cierto, en caso de conseguirse iría en beneficio de sus trabajadores, que encontrarían así estabilidad laboral y mejora en sus retribuciones. El empresario es un cajero automático, al que hay que saquear a impuestos para que miles de políticos inútiles vivan como reyes y vayan ensanchando la administración para ir colocando a otros inútiles. El empresario es un presunto defraudador, que vive bajo el pernicioso vicio de querer disponer del valor que genera.
Y de repente, como me ocurrió a mí este jueves, te encuentras con un joven talento como mi querido Ramón González, que pasó por #ElChéster con CC Torrecárdenas y Yelmo Cines y cuya entrevista podremos ver el primer lunes de noviembre en el segundo tramo de #esLaMañanaAlmería, como cada día, de tres a cuatro de la tarde.
Ramón estudió en la UAL y, tras mucho esfuerzo y trabajo, consiguió dar el salto al Instituto Tecnológico de Masachusets, perteneciente a la NASA, donde trabajó cuatro años. Desde allí, un día decidió volver a su país, a transferir el conocimiento adquirido en la agencia espacial americana al tejido hortofrutícola español y almeriense, montando una empresa.
Me comentaba Ramón que, en Estados Unidos, por encima de los grandes deportistas, actores o cantantes famosos, los más aclamados héroes sociales y populares son aquellos que han logrado formar empresas de éxito, que crean valor para la sociedad y dan trabajo a miles de personas, los Steve Jobs, Elon Musk, Bill Gates y compañía. Y que ahí, en cambio, al empresario sólo se le saben poner trabas, buscar problemas, asfixiar a impuestos y entorpecer, inexplicablemente, su labor de generar valor, riqueza y empleo para el resto de la sociedad.
Y de repente, en ese mismo día, en la semana en la que Doña Rogelia Cohetes y el resto del gobierno social-comunista, hambre y piojos, se saca de la manga un nuevo objetivo: el de que la gente trabaje media hora menos al día para ser más felices, como si estuviéramos en el parvulario.
Y claro, las empresas empiezan a reaccionar. Y después de que Ferrovial hubiera cambiado su sede social al extranjero, ahora Repsol advierte que, si sigue este maltrato, se pondrá a estudiar fórmulas para sacar algunos de sus proyectos de España y, por tanto, se irá a crear valor y empleo a otros países.
Y aquí, mientras tanto, la borregada aplaude a quienes están empobreciendo al país con sus medidas antiempresariales, a quienes están echando a gorrazos a los inversores y haciendo cada día más pobres a los trabajadores por la vía de la inflación que generan sus propias medidas, incluyendo el incremento del salario mínimo, aceptando los timos con los que les tienen rapado el cerebro. Es una de las diferencias entre un país como España, en el que nos gobiernan socialistas y comunistas, y otro como Estados Unidos, donde no existe ni socialismo ni comunismo.
