VÍDEO BLOG #Miedodequé?: La aritmética de la mentira: votantes de izquierdas convencidos de que han ganado las elecciones, por Víctor J. Hernández Bru.
España tardará años, quizás décadas, en recuperarse del tremendo daño que el paso de Pedro I El Falso, Pedro Chapote, por la presidencia de su gobierno está causando a la verdad. Que el tipo es un enfermo de la mentira es algo que los primeros en descubrirlo fueron sus propios compañeros de partido, en aquel ‘tranfullero’ proceso de la resistencia y los viajes en falso utilitario por España; y de lo que enseguida nos percatamos el resto, tras sus promesas de no pacto con independentistas, populistas y filoterroristas.
Sin embargo, a estas alturas, que este señor esté enfermo de falsedad es algo que ya ni conmueve, ni sorprende ni escandaliza a nadie. Es algo que se ha normalizado tanto como que los pistoleros y los apretadores de botones de coches-bomba sean ahora aliados de su partido para el gobierno de España.
Ahora el gran reto está en intentar desmontar la estructura falsaria y trolera que él y sus secuaces han generalizado y normalizado en todos y cada uno de los rincones de nuestro país, creando una estructura de manipulación y creencia hasta en las más burdas mentiras que se ha extendido como la pólvora entre sus seguidores.
Uno se sigue preguntando por qué queda gente que cree en la ideología de izquierdas, en el comunismo y en el socialismo, cuando a estas alturas de la historia, tras aproximadamente siglo y medio, ya se ha demostrado sobradamente que todas esas ideas son mentira, que nadie ha querido llevarlas a la práctica en sí mismo cuando ha podido y que su implantación, repito, mintiendo y siguiendo la doctrina de ‘todo para mí e igualdad para los demás’ no ha provocado nunca nada más que ruina y miseria.
Pero ahora la cuestión no es ésa. La cuestión es cómo es posible que, después de dos años de mentiras con la mayor desvergüenza y desahogo que jamás antes se haya observado, con un último episodio ya circense de especificar que no se trata de mentiras sino de cambios de opinión, aún haya indigentes intelectuales, tarugos cósmicos y sinvergüenzas redomados que siga defendiendo a este tipejo y, lo que es peor, lo voten.
Es más, en estos días, asistimos a la ridícula y peculiar ceremonia, impulsada por el propio Pedro Chapote pero protagonizada también por todos, y repito, todos los representantes de su partido, por acción u omisión, y los medios, la mayoría de los existentes, bien regados y abonados por el dinero de todos y por las decisiones del propio Pedro I El Falso, de afirmación de que el bloque de izquierdas ha ganado las elecciones y que hay que trasladar eso a un gobierno progresista.
Y sí, da exactamente lo mismo que uno mire el reparto de diputados y observe que la suma de los partidos de centro y de derechas, que son PP, Vox, Coalición Canaria, UPN, los golpistas de Juntos por Cataluña y los ‘indepes’ de PNV, es de un total de 184, mientras que la suma de los partidos de izquierdas, que son PSOE, Sumar y toda su patulea infecta, los golpistas de ERC, los nacionalistas de BNG y los filoterroristas de Bildu es de 166. Si uno practica el ágil y sencillo ejercicio de restar, se da cuenta rápidamente de que los partidos de derechas suman 18 escaños más que los de izquierdas y que, entonces, es imposible explicar de dónde diablos sale la apocalíptica chorrada ésa de la mayoría de izquierdas o del bloque progresista.
Sin embargo, no sólo los ideólogos del Partido Sanchista Trolero Español, no sólo los más acreditados sobadores de lomo que miran al cielo a la espera del maná del ‘puestecido’ que les asegure cuatro años más de sueldos por encima de sus capacidades, no sólo los medios de comunicación que viven de la subvención porque son incapaces de comercializar sus productos, sino también la gran, la absoluta mayoría de los seguidores de estos partidos, serían capaces de matar a sus madres por defender que estas elecciones las ha ganado la izquierda. ¿Veis cómo van a tener que pasar años, quizás décadas, para que nos recuperemos de este infausto período?
