VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Un tonto de premio Óscar o un Puente hacia la estupidez, por Víctor J. Hernández Bru.
Decía un viejo dicho del patio del colegio, de cuando éramos niños, que “cada día que amanece, el número de tontos crece”. El tonto del día, que lo es también de la semana, no es, ni mucho menos, un tonto reciente, fruto de ese crecimiento reciente del número de simplones, sino más bien un tonto con solera, un bobo experto, un zopenco experto y veterano, que ha mostrado su cipotez a través ya de una honda y prolongada trayectoria.
El alcalde de Valladolid es experto ya en las lides de fatuidad y la simpleza congénita y ahora ha trasladado todas esas habilidades al terreno del populismo futbolístico. El tipo, el tipejo en cuestión, ha querido ganar un par de votos, ahora que empieza ya a oler a urnas, acaso a urnas vacías de votos para su partido en las próximas municipales, tras una gestión simple y francamente nefasta, arremetiendo contra la UD Almería, primero tratando de ridiculizar al equipo rojiblanco por su inhabilidad desde los once metros, con un tuit que rezaba “estamos a un punto y a nueve penaltis a favor del Almería. Sí se puede!!!”, para continuar con dos nuevas muestras de su estupidez congénita, primero para insinuar que los organizaciones de la competición andan metidos en una conspiración para que ascienda el Almería y no el Valladolid (a pesar de que el Almería es el equipo más perjudicado del campeonato en cuestiones de tope salarial y por las convocatorias internacionales de las selecciones) y, más tarde, preguntándose por qué el colegiado mandó el domingo repetir el penalti contra el Gerona.
El edil vallisoletano, perteneciente al PSOE y buen amigo de Pedro Sánchez, experto en charcos y en asuntos turbios, que entre otras cosas fue en su día cazado pasando unos días junto a una amiga íntima viajando en un vehículo de alta gama que gentilmente le había cedido una empresa concesionaria de su propio ayuntamiento, afirmaba directamente que “todos hemos visto una repetición en la que al primer jugador al que se ve entrar en el área es del Almería y es precisamente el que remata tras el rehace del portero”, para asegurar también que “luego no nos vendan que no hay favoritismos, que no hay persecuciones, que no hay nada en contra ni a favor de ningún equipo”.
Ya es grave que este tipo de comentarios no sean hechos por un miembro de algún grupo ultra de los que se esconcen tras bufandas y pintadas en algún rincón de alguna grada de fondo o por un ‘cuñao’ de los de manual, apoyado en la barra de alguna taberna mientras consume su sexto tercio de cerveza, sino por un alcalde, un tipo con responsabilidad política, institucional y, sobre todo, social, que puede provocar reacciones exaltadas, por ejemplo, entre la afición del equipo al que se refiere, por ejemplo dentro de dos semanas cuando se enfrenten Valladolid y Almería.
Pero aún es más grave que el tipo, que es el sexto alcalde mejor pagado de España, que nada más llegar al cargo se subió el sueldo como nunca antes lo ha hecho ningún otro alcalde, ni siquiera se ha molestado en leerse el reglamento o en preguntarle a alguno de sus numerosos asesores. De haberlo hecho, se habría dado cuenta de que éste refleja que, si un defensor entra en el área antes de tiempo en el lanzamiento de un penalti, éste habrá de repetirse, a pesar de que antes lo hayan hecho futbolistas del equipo que lanza.
No es de extrañar tal comportamiento en un tipo de la trayectoria de Óscar Puente, cuyo jefe de prensa ayer burló las llamadas de Radio Marca Almería para terminar declinando la entrevista que le pedíamos y que, cuando en redes, la afición del Almería le mandó el párrafo del reglamento al que me refiero, lejos de pedir disculpas, lo que hizo fue bloquearlos. Queridos pucelanos, en el pecado lleváis la penitencia: un tonto de Premio Óscar o un Puente de acceso a la más profunda estupidez.
