VÍDEO BLOG #Miedodequé?: ¿Todavía no nos hemos dado cuenta de que el sistema contra la violencia familiar lleva 20 años fallando?, por Víctor J. Hernández Bru.
Seguramente no habrá muchos casos como el de la mal llamada violencia de género, peor llamada violencia machista, vamos, la violencia familiar o contra la mujer, en el que sea tan rotundamente evidente que el sistema ha fallado y ha fallado porque la política se ha impuesto a la razón y al objetivo de su erradicación o al menos aminoramiento.
Se cumplen veinte años de la Ley Integral de Violencia de Género del infausto Zapatero y en esos años, uno tras otro, las cifras de mujeres asesinadas en el ámbito de la familia o de la pareja no han dejado de incrementarse. Y todo ello, a pesar de que la ley es un infecto ejemplo de discriminación y desigualdad legal en el trato a hombres y mujeres ante los mismos hechos delictivos.
Hemos dicho ya una y mil veces que esta repugnante ley contempla penas y tratamientos policiales diferentes para hombres y mujeres por el mismo delito, discriminando en función del sexo. Y eso es, de por sí, intolerable e inconstitucional.
Pero además, la experiencia está demostrando que eso es, también y del mismo modo, un elemento que, lejos de solucionar el problema, el grave problema de que aún hay tarugos que resuelve a golpes y con métodos aún peores sus diferencias con sus parejas, lo que ha hecho es agravarlo.
Esta pestilente ley ha generado una no menos vomitiva industria de la manipulación de las mujeres, las que son víctimas y las que se lo hacen, para lanzarlas por el desfiladero del enfrentamiento a fin de conseguir beneficios, en ocasiones económicos y en otros sentimentales, como es la custodia de los hijos.
Y es, que se podría entender como una manera fácil de protegerlas ante los casos de agresión, fácil aunque inconstitucional por la discriminación que supone, lo que ha hecho es generar mucha más conflictividad y violencia.
El Estado está obligado a proteger a sus ciudadanos contra la violencia, pero ha de hacerlo por medio de métodos democráticos y blindando siempre la igualdad ante la ley, cosa que conculca esta ley zapateril.
Pero más allá del perjuicio legal contra la figura del hombre, lo que es indiscutible, lo incontrovertible es que la ley no sólo no ha solucionado el problema sino que lo ha agravado, tal y como reflejan los datos.
Es evidente que a la izquierda el dato le repele. Ella es más del relato. Y sobre todo es más de utilizar las desgracias para enfrentar a la población y sacar de esa manera réditos políticos. Mientras tanto, las cifras de víctimas crecen y los que han hecho y defienden la ley, siguen acusando a los que estamos en contra de la misma.
