VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Primero de Mayo: ha llegado la hora de modificar el sistema sindical y el prostituido derecho a la huelga, por Víctor J. Hernández Bru.
Que dicen los señores Tocho y Pepe Álvarez, prestigiosos y reconocidos expertos en el consumo de mariscos y alimentos de alta gama varios, ejemplo de polidesayunadores, generadores en serie de vagos y maleantes, consumados vividores del cuento, que o la patronal se apresta a una nueva subida de sueldos o tomarán las calles y retorcerán la conflictividad social y laboral.
¿Y qué hemos hecho los españoles ante esas declaraciones? Pues lo de siempre, lo que llevamos haciendo 40 años, al tiempo que provocamos que ellos sean los verdaderos dueños de este país: callarnos, mirar para otro lado, darles la razón o, como mucho, alguna que otra queja aislada con el codo apoyado en la barra del algún bar.
Ése y no otro es el motivo del freno económico y de desarrollo que los mal llamados sindicatos de clase, bien llamados sindicatos de partido y de la izquierda, suponen para nuestro país; un país con una clase trabajadora envidiable, con una clase emprendedora espectacular y con unos recursos que, junto a ellas, podrían convertirnos en motor de Europa y del mundo, pero que viaja por el último siglo de nuestra historia atenazado por las políticas de izquierda, ya sabéis, hambre y piojos, y por las presiones de estos sindicatos que no son más que brazos armados de los partidos socialistas y comunistas, coartando la libertad económica y el verdadero progreso empresarial.
Aumento de sueldo dicen, estos mastuerzos, cuando todo el que ha aprendido a sumar dos más dos sabe que cualquier incremento sobre los costes de cualquier actividad económica lo que produce son subidas de precios, galopante inflación y, por tanto, empobrecimiento de la población, especialmente en sus clases menos favorecidas. Dicho de otro modo, que el incremento de los sueldos es el principal factor causante de la inflación y, por tanto, de que aunque ganemos más dinero, seamos más pobres.
A ellos les da igual: ellos necesitan eso que denominan ‘conflictividad laboral o social’, porque de lo contrario, sencillamente no existirían. Y a pesar de que cada día engañan a menos gente, porque la gran mayoría estamos hartos de llevar medio siglo pagándoles la fiesta para que vengan a arruinarnos la vida, siguen hablando como los dueños del cotarro, como los señoritos a los que hay que rendir pleitesía, como si alguien los hubiera elegido, como si fueran la esencia de una democracia que sólo está en sus sectarias organizaciones.
La respuesta la han dado Vox y su sindicato Solildaridad, precisamente este Primero de Mayo: subvenciones cero a los sindicatos, el que quiera un sindicato que se lo pague; y por supuesto, ningún tipo de prebendas. Pero se han quedado cortos los de Vox: en este país es fundamental una nueva ley de huelga, que especifique de manera mucho más profunda ese derecho, para mí obviamente anticonstitucional y antidemocrático, puesto que supone una agresión contra los derechos de los demás.
¿O acaso cuando un médico, un enfermero, un maestro, un empleado de banca o un conductor de autobús se ponen de huelga, no están atentando contra nuestro derecho a recibir esos servicios, algunos de ellos públicos y pagados con nuestros impuestos? Toda la vida hemos escuchado que la libertad acaba donde empieza la de los demás; y cuando el derecho a la huelga hurta al resto el derecho a recibir determinados servicios, debería dejar de ser un derecho. Hoy en día, el derecho a la huelga se ha prostituido y se utiliza únicamente como un verdadero chantaje social. Urge legislar en tal sentido y reformar el sentido de los sindicatos, al tiempo que se devuelve el manejo de la economía a quienes verdaderamente conocen su funcionamiento y no a cuatro paniaguados elevados a señoritos sindicales por sus servicios prestados en los partidos correspondientes. Se lo contrario, seguiremos pastoreados por gentuzas varias de la izquierda, que se aprovechan del trabajador para mantener sus tarjetas VIP en las marisquerías y restaurantes de 4 tenedores correspondientes.
