#VideoBlog #PaseoAbajo: No estoy en la lista de Óscar Puente, por Juan Torrijos
Estamos en un país en el que se imponen las listas. Las hay de todos los colores. Se puede estar en una lista de color azul, roja, verde. Las hay también listas nacionalistas de colores diversos. Listas de delincuentes que han salido de la cárcel por mor del gobierno, lista de los que van a ser amnistiados por siete votos, listas de los que no se fían y se van al extranjero. Como no podían faltar las listas de defraudadores a hacienda, las de espera de la sanidad, las de la dependencia, las que están en los juzgados esperando que les llegue el juicio, las que tiene la fiscalía para cuando llegue el momento oportuno y sacarla en apoyo de quien en ella manda, las de la Guardia Civil, que levanta espanto y miedo entre el personal político.
Las de las empresas que han vendido mascarillas, las de los que han cobrado comisiones de la compra de las dichosas; listas de los que hacen viaje a las islas donde se guardan los dineros de procedencia oscura, lista de los veces que el falcon del presidente cruza los mares sin saber a qué ha ido y quién viajaba en el mismo. Lista de las organizaciones que se llevan más de cien mil millones de euros que pagamos los ciudadanos de nuestros bolsillos.
Y sin olvidar las listas de los partidos políticos a la hora de la convocatoria de elecciones. Listas, listas, listas. No me extrañaría estar en algunas de las anteriores.
Vale, vale, no siga. Sabemos que hay listas para todos los gustos y colores.
Pero faltaba una. Y si en la que comentamos no está alguien que se dedica a escribir en los medios, es que no es nadie, un cero, sea en el color que le guste o se mueva. Está visto que no soy nadie, y que muchos se alegrarán de que así sea, pero no estoy en la lista de los que se meten, insultan y comparan al ministro Óscar Puente con diferentes animales del planeta.
Lo he intentado, no crean, pero no lo he logrado. Si para el hombre-ministro el Ave de Almería está… ¿Dónde está? es de imaginar que lo que escribimos desde tan lejos, no debe tener la menor importancia para su persona. Está claro que no estoy en condiciones de lograr un Óscar del ministerio del ministro Puente, no estoy en su lista, y no hacerlo me deja en la oscuridad de la nada, ni siquiera convocado. Me siento, cómo les diría, perdido en medio de esta sociedad que no reconoce los méritos. Solo si llevas un carnet en la boca de tal o cual partido. Yo quería estar en esa lista por méritos propios. Pero…
No me he debido meter lo suficiente con él, no lo he debido insultar con saña, no habré comparado su cara con algún animal de los que pueblan nuestras sierras, o en las tierras del famoso peñón, ni he debido comparar sus artes parlamentarias con los voceros que desde algunos púlpitos demonizan nuestras vidas con gritos, insultos y miradas de odio. Y como no lo he hecho, no estoy en esa lista que ocupa tres folios y que han realizado los funcionarios de ese ministerio que pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos.
Si quiero entrar en la próxima lista de los Óscar ministeriales tendré que volverme un poco más faltón. Lo intentaré, si quiero ser alguien en este mundo de la política y la escritura donde el insulto se ha convertido en el pan nuestro de cada día. A partir de hoy voy a sacar mi esencia más escatológica, lo juro.
