VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ? De la operatividad de Ayuso con el Zendal a la colección de irresponsabilidades de Don Simón, por Víctor J. Hernández Bru.
¿No cree usted que es motivo más que suficiente para irse a su casa? ¿Un motivo más que suficiente, uno más, para dimitir?
Ésta sería mi pregunta en todas y cada una de las comparecencias ante la prensa de Fernando Simón, si servidor estuviera invitado a ellas. El señor Don Simón ha vuelto a hacerlo la semana pasada. Es una más, cierto, pero una muy grave, acaso tan grave como la primera, en aquella vez en la que lo conocimos y flipamos con su inédita e inigualable irresponsabilidad, cuando dijo aquello que le perseguirá toda la vida: “El Covid-19 no tendrá incidencia en España o, como mucho, habrá uno o dos casos y todos ellos importados”.
Hace dos semanas, el milagrosamente todavía director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, afirmó de nuevo con rotundidad que la cepa británica del virus no tendría una incidencia importante en España. Apenas una semana después, el pasado jueves, volvía a desdecirse a sí mismo sin mover ni un solo pelo de su habitualmente despeinada cabellera, afirmando que dicha versión del coronavirus tiene pinta de alcanzar al menos el 40% de los contagios en las próximas semanas en nuestro país.
Entre ambas afirmaciones, este irresponsable redomado ha coleccionado una lista de impertinencias, imprudencias e irresponsabilidades profesionales que serían impensables hasta hace dos años, hasta que este país pasó a estar gobernado por un gobierno social-comunista que tenía la piel tan fina que asemejaba inexistente para los errores gubernamentales, pero al que ahora le cabe el mayor destrozo, el más grueso patinazo, incluso de los que se llevan por delante la vida de miles de compatriotas.
Don Simón sigue en su cargo. ¿Qué digo sigue? Va a seguir ahí, porque este gobierno se ha convertido en absolutamente inmune ante el error, ante el escándalo, incluso ante las más flagrantes ilegalidades, inmoralidades.
Enfrente, en el gobierno de la Comunidad de Madrid, a la presidenta Ayuso la han intentado cercar y crucificar desde los más variados flancos, uno de ellos el del Hospital Isabel Zendal, levantado en tiempo récord para atender posibles recrudecimientos de la enfermedad, como el que se está sufriendo ahora en toda España. Que si tenía o no quirófanos, que si disponía de máquinas de café, que si estaba o no dotado con plantilla suficiente…
Ahora, todos los renacuajos mentales, todos los desvergonzados que atacaban a la presidenta Ayuso corren despavoridos poniendo en marcha medidas de emergencia ante el galopante avance del virus, mientras que la comunidad de Madrid tiene un centro de atención e internamiento nuevo, moderno y suficientemente amplio para cualquier contingencia.
Sinceramente, ni entiendo cómo sigue habiendo tan poca vergüenza para criticar a Ayuso ni cómo en las comparecencias de Don Simón no se comienza cada día con la pregunta con la que yo comenzaba estas líneas.
