VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ? La vergüenza y el rigor histórico de Fernando Martínez, por Víctor J. Hernández Bru.
Estuvo en Almería, el pasado viernes para presentar los Presupuestos Generales del Estado y su incidencias sobre nuestra tierra, Fernando Martínez, almeriense, político, historiador y hoy secretario de Estado para la Memoria Democrática. A Fernando lo conozco bien. No en vano me dio clase de historia en mi doctorado y ya entonces dejaba muy claro que su condición de historiador estaba completamente supeditada a su papel político, o dicho de otra manera, que la historia no es, para él, más que una herramienta para hacer política y para ‘evangelizar’ el socialismo entre quienes se creen su visión sesgada, partidista y manipulada de la historia.
Desahuciado de la política primero por el chavismo y luego por el susanismo imperante en Europa, se echó en las manos de la única alternativa que encontraba para volver a la primera línea, la que él considera su hábitat natural: el sanchismo. Con Indalecio Gutiérrez Salinas, hoy denunciado por esa violencia de género alrededor de la cual negaba las denuncias falsas, como la que él mismo ha sufrido, se convirtió en el apoyo de Pedro Sánchez en Almería cuando nadie quería saber nada de él en Andalucía.
Ambos tienen premio hoy: uno como diputado que no para de pisar charcos y de formar líos para su jefe, desde el paseíto de 10 kilómetros para comprar pan en pleno confinamiento domiciliario hasta la mencionada denuncia falsa por violencia de género, sin olvidar su tectónica explicación de la fecha de llegada del AVE; el otro, utilizado en su condición de catedrático de Historia para sostener esa gran mentira de la sesgada y orientada memoria histórica, eso que deberíamos llamar mentira histórica, que le ha permitido alcanzar su máxima expresión como político disfrazado de historiador.
Fernando compareció el viernes junto al subdelegado del Gobierno para decir, entre otras cosas, que el gobierno no deja a nadie atrás, que los autónomos estamos mejor tratados con este ejecutivo que nunca antes y que Pedro Sánchez tiene bula para no ir por el Congreso más que tres veces en seis meses porque ya ha dado más que suficientes explicaciones sobre su nefasta gestión en la sede de la soberanía popular.
Cuando uno se pone traje y corbata pagados con los impuestos de los contribuyentes para pronunciar esta sarta de mentiras, no estaría mal que se hiciera a la cara de los protagonistas. Así, no estaría mal que don Fernando le dijera en su geta a los autónomos eso del agradecimiento que han de tener con el Gobierno, sobre todo los que han seguido pagando impuestos durante el cierre de sus negocios o aquellos a los que han restringido sus ocupaciones sin recibir ni una ayuda a cambio.
O que le dijera a los que han tardado meses para cobrar alguna mínima paga estando en situación de ERTE en sus empresas o que todavía no han visto un duro del cacareado ingreso mínimo vital.
Pero no lo hará; y no lo hará por la misma razón por la que no nos va a conceder a Es Radio Almería la entrevista que el viernes le comprometió a Diego Fernández López en plena rueda de prensa. La razón es sencilla: en su caso, la vergüenza es del mismo tamaño que el rigor histórico.
