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VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Absolutamente a favor de regular cualquier actividad callejera, incluida por supuesto la música

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VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Absolutamente a favor de regular cualquier actividad callejera, incluida por supuesto la música, por Víctor J. Hernández Bru.

Andan algunos muy revolucionados por la iniciativa de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almería de regular las actividades culturales y de ocio en las calles. Y la primera duda que me asaltó al conocer la iniciativa fue: ¿Es que eso no estaba ya regulado?

Sinceramente, no puedo entender que en una ciudad en la que, como prácticamente todas, está regulada y tasada (es decir, establecido cuánto cuesta) cualquier ocupación de la vía pública, el hecho de ocupar la calle para cantar, para bailar, para hacer una obra de teatro o unos malabares, no exista una normativa regulatoria.

Me encantaría escuchar los razonamientos de quienes piensan que sí debe regularse, qué se yo, el que un bar saque una mesa a la calle o que se haga un festival benéfico y, sin embargo, no debe hacerse lo mismo con los músicos, malabaristas o actores que usan la calle para sus actividades.

Desde luego, así a bote pronto, se me ocurren tres ideas absolutamente incontrovertibles por las que es indispensable que se regule cualquier actividad callejera. La primera de ellas es la más teórica, pero seguramente la más relacionada con la legalidad: la calle no es de nadie en concreto sino del colectivo y su uso ha de regularse por la sencilla razón de que en ella convive mucha gente y han de existir unas normas para que tal convivencia sea lo más armónica posible.

Luego está el tema de los derechos de unos y de otros. Uno, que es básicamente un liberal, podría entender que todo el mundo tiene derecho a cantar, a bailar, a colocar un altavoz o un pequeño o gran escenario donde pille. Pero la pregunta es, ¿y tiene derecho a alguien a pasar por ese lugar que ocupan esos utensilios? ¿Y a no escuchar música a determinados volúmenes, especialmente a determinadas horas? Me gustaría saber qué piensan esos detractores de esta regulación acerca de que un músico, por muy bueno que sea, se ponga a tocar bajo su ventana a las tres de la mañana. Y si no nos parece bien esto, ¿de qué manera se puede evitar si no es regulándolo con una normativa?

Y luego está el agravio comparativo que antes esbozaba. ¿Cuál es la razón por la que pequeños o grandes empresarios tienen que pagar cada vez que ocupan la acera con mesas, veladores o terrazas; o incluso cuando organizan un pequeño concierto en las mismas, y alguien que lo haga espontáneamente no? Por cierto, que a éstos, a los bares, restaurantes y pubs, no es que tengan que pagar, es que ni tan siquiera se les deja hacerlo. Por cierto, ¿todos los que están hablando saben con seguridad de que se va a aplicar una tasa? Lo digo porque yo, que normalmente suelo estar más o menos informado, no lo tengo tan claro. Ojo porque los que hablan de tasas a lo mejor se tienen que marchar de la escena del crimen disimulando.

Sinceramente, no me cabe en la cabeza que haya quien estén en contra de que todo esto se regule, así de entrada, puesto que la normativa ni siquiera está aún aprobada y lo que sí hay ya es la habitual especulación social que va y viene sin tener ni repajolera idea de cómo será en sí la norma. La única explicación que me cabe es que, para ellos, todo lo que se haga es estupendo, mientras no les moleste a ellos. Pero que si el músico en cuestión, como digo, estuviera tocando debajo de sus ventanas, me juego los dos dedos chicos de la mano a que cambiarían de opinión. Por mi parte, enhorabuena al ayuntamiento por regular lo que, increíblemente, estaba todavía sin ser regulado.

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