#RadioBlog #LoImprevisto: Una verdad incómoda, por Francisco Cruz
Por si no tuviéramos poco con el panorama político en España, ahora tenemos elecciones europeas. Unas elecciones que siempre parecen las menos importantes de todas, y es comprensible en tanto al votante de a pie lo que pase en Bruselas o Estrasburgo le pilla un poco lejos. No obstante, la realidad es que las elecciones al parlamento europeo tienen una enorme relevancia en cuanto a políticas del día a día, reparten mucho dinero y nos afectan más de lo que creemos.
Véase, por ejemplo, toda la problemática del sector agroalimentario. Aquí, quien más quien menos, ha pasado por una frutería y se ha llevado las manos a la cabeza, ¿verdad? Pues el tablero de esa partida es Europa. El hecho de que el PP ponga de número 2 en su candidatura a la consejera del ramo en Andalucía, da una muestra de la relevancia de la cuestión puesto que, de todos los políticos a esta se le supone el mayor conocimiento sobre lo que se cuece.
Sin embargo, hay otro problema en el que nos jugamos mucho pero poca es la gente que lo dice en público. Europa tiene el origen de todos sus problemas en el norte de África. El del agro también, y ahí lo dejo, pero del que tenemos que hablar hoy es otro. El gran problema del futuro es la inmigración ilegal. Y hablar de ello no tendría que ser racista, pues no conozco ningún problema que se arregle sin afrontarlo. Tampoco vais a verme aquí abogando por la expulsión de todos los inmigrantes, pues sería injusto. Yo creo que la mayoría de la gente viene a trabajar y ganarse la vida, pero si permitimos que esto se convierta en la ley de la selva después nos comemos las consecuencias. Así de crudo y de simple.
Suele pasar que la gente que gobierna y debería poner orden en estas cosas no solo pasa del tema sino que al que los afronta lo llaman racista, que es lo fácil y lo progre. Pongamos como ejemplo al alelado subdelegado Jose María Martín, ejidense, cuando el Alcalde de su pueblo ha decidido ser valiente y poner la cara. Porque sí, Paco Góngora ha sido valiente y ha dicho que los actos tienen consecuencias. Que por alojar a 200 inmigrantes en un hotel y dejarlos allí al albur de quien quiera o pueda hacerse cargo, el problema no ha dejado de existir. Y es que con estos seres humanos del Ejidohotel no van a hacer otra cosa que lo que hicieron antes con el Toyo o el Portomagno, los van a dejar allí y cualquier tipo de solución se va a demorar hasta que ellos mismos tenga que protestar por su abandono. Todo muy progre.
