VÍDEO BLOG #Miedodequé?: El apoteósico discurso de Alma Escurra en la Asamblea de Madrid, tan vigente para los socialistas de Almería, por Víctor J. Hernández Bru.
Tenía yo pensado hoy escribir de otra cosa, lo reconozco. Pero en mis manos, por gentileza de mi queridísimo amigo y maestro Emilio Lucas, ha caído el vídeo de esta espectacular intervención de una diputada autonómica debutante en la Asamblea de Madrid, la popular Alma Ezcurra, que ha condensado en ocho minutos una cantidad de incuestionables verdades, la gran mayoría repetidas muy poco, precisamente por la cobardía que en demasiadas ocasiones atenaza a su propio partido y a la ciudadanía en general.
Para empezar, nos encontramos ante una político que no lee: ¡demonios! Y lo hace bien, y es capaz de estar ocho minutos hablando con un pequeño guión que esconde sobre el atril y al que apenas mira cada dos minutos. No debe ser tan difícil, digo yo, encontrar a tipos que nos representen y que vayan más allá de leer con dificultad un papelito que les ha escrito otro.
Pero vamos al lío: doña Alma le dice en su geta a los Lobato, Castellano y resto de representantes de la izquierda madrileña la verdad: que ellos mismos están absolutamente en contra de la amnistía, que sólo la defienden porque en juego está el acolchado soporte de sus culos (ella lo dice más finamente porque es más fina que yo) y que en lugar de pasar a la historia por la dignidad de enfrentarse al psicótapa de La Moncloa lo harán por su cobardía y miseria moral.
Aplíquese la verdad suprema de doña Alma al territorio que se quiera, en relación a los socialistas de turno, con minúsculas pero honrosas excepciones y, en concreto aquí, en Almería, a Juan Antonio Lorenzo, a Sánchez Teruel, a Adriana Valverde y cualquier otro menos a los del PSOE de Antas: vosotros también vais a pasar a la historia por vuestra cobardía y por haber posibilitado una cuasi unanimidad en el apoyo a algo tan repugnante como condonar las penas a quienes dieron un golpe de Estado y no sólo no se arrepienten sino que aseguran que lo volverán a hacer.
Claro que, en eso, vosotros los del PSOE de Almería, como los del de Madrid y el resto, sois expertos, puesto que ya antes habíais hecho algo peor: otorgar el perdón y blanquear, a cambio de votos, a quienes hace unos años pegaban tiros en la nuca y asesinaban a vuestros compañeros de partido, qué digo, a quienes os habrían asesinado a vosotros mismos si os hubieran encontrado en el campo de visión de las mirillas de sus armas. Pensadlo por un momento y decidme si no os dais asco a vosotros mismos.
Pero la intervención de doña Alma va mucho más allá. La señora Ezcurra desmonta algunas otras trolas de ésas que nuestra sociedad y su propio partido se lleva comiendo durante décadas. Eso del fascismo, que el PSOE y la izquierda aplican de manera analfabeta y desvergonzada a Vox y a todo el que no les apoye en sus locuras. ¿Fascismo? Se pregunta doña Alma. Para fascismo el de los nuevos amigos del PSOE, el de Puigdemont, que esconde con poco disimulo su cercanía y su pacto nada menos que con Putin; y por supuesto, fascismo el de la ETA, que aplicó un terror durante décadas con cientos de asesinatos a causa de sus ideas. ¿Ese fascismo se puede perdonar, se puede tolerar, se puede blanquear? Para el PSOE, si sus votos son necesarios, indudablemente sí.
Y hablan, Pedro I El Falso-Pedro Chapote y sus borregos, de reconciliación. ¿Reconciliación con quién? ¿Con quienes no condenan los asesinatos de los propios socialistas? ¿Con quienes no piden perdón y rectifican sobre un golpe de Estado que proclamó la independencia de Cataluña? Cualquiera que conozca la lengua castellana, ésa que persiguen los independentistas catalanes en esa tierra, en un acto de, sí, verdadero fascismo, sabe que eso no es reconciliación sino rendición; rendición a cambio de votos.
Mi enhorabuena; más que enhorabuena, mi admiración rendida a doña Alma Ezcurra y mi mensaje de dolorosa verdad a los Lorenzo, Valverde, Sánchez Teruel y compañía: no engañáis a nadie, a pesar de lo cual pasaréis a la historia de la política provincial por haber apoyado la rendición ante quienes os asesinaban y nos daban a todos golpes de Estado. No esperaba más de vosotros.
