VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Sobalecio, los relojes atómicos y los cientos de votantes del PP que lo paran por la calle; ¡esto es un no parar!, por Víctor J. Hernández Bru.
Lo ha vuelto a hacer. Lo ha conseguido. La pasada semana advertíamos que nunca hay que fiarse de Sobalecio, que él siempre es capaz de mejorar sus marcas y ya está aquí. Del creador de “me salté el confinamiento domiciliario severo para ir al comprar el pan a diez kilómetros” y de “el AVE se retrasará debido a los movimientos tectónicos que azotan el mundo”, ahora llega “las personas no somos relojes atómicos” y “me paran por la calle cientos de personas, muchas del PP, para decirme que no les gusta que me ridiculicen en las tertulias”.
Sí amigos, son las nuevas frases para la historia, los últimos asertos que piden mármol, nacidos de la factoría ‘Sobalecio grandes momentos’ y que llevan camino de dificultar enormemente su recopilación, a no ser en un colección de varios volúmenes.
El ‘ínclito’ (recuerdo aquel día, cuando aún era concejal, que me dijo en mi casa que él era una persona “de reconocido prestigio”) comparecía en La Entrevista de Interalmería, ante nuestro Yiyo López, tertuliano de esta casa y aspirante a Santo Job de la paciencia, para tratar de rebajar la vergüenza de haber necesitado hasta tres intentos para contar que Almería recuperaría su segunda frecuencia diaria de tren con Madrid y para aminorar el descrédito de comprobar que, al final, era mentira y que sería Granada la que vería aumentado en uno el número de viajes hacia la capital al día.
Claro que enviar a la tele a Sobalecio para intentar rebajar la vergüenza y el ridículo provocados antes por el propio Sobalecio es como enviar al bombero a sofocar un incendio cargado con gasolina y goma 2.
La entrevista no tiene desperdicio y me permito dejaros este enlace para poder disfrutarla (https://youtu.be/VouUn4bIXig). Y en ella, el protagonista trataba de justificar el haber necesitado hasta tres intentos para explicar que, desde febrero, Almería tendrá dos y un un viaje a Madrid en tren al día. También es verdad que es mala leche, colocar ante las cámaras a un diputado socialista para explicar un argumento de tamaña complejidad, así sin ensayar ni nada. Su excusa ante la necesidad de tres intentos para trasladar el mensaje completo, para haber pedido a los cámaras de televisión repetirlo en tres ocasiones, es aún mucho mejor: “es que los seres humanos no somos relojes atómicos”.
Dícese de reloj atómico un tipo de reloj que, para alimentar su contador, utiliza una frecuencia de resonancia atómica normal. Efectivamente, como dice Sobalecio, las personas no somos relojes atómicos; ni relojes en general; ni hornos microondas; ni flores del campo. Más difusa, mucho menos concreta y certera le quedó la explicación de por qué demonios pensó que era la segunda frecuencia diaria de Almería la que se recuperaba en febrero, en lugar de la cuarta con Madrid, como era en realidad. Para eso se despachó con un simple “me equivoqué y pido disculpas”. En este caso, más que un problema de relojes atómicos debió ser algo más propio de otro aparato que los humanos llevamos algo más arriba de la muñeca: el sonotone.
Pero quizás lo mejor de la entrevista vino para intentar defenderse de lo que él considera “ridiculizaciones” que se le administran en La Tertulia de Interalmería; o quizás en la nuestra de esRadio Almería, la Tertulia Sin Complejos. Según él, son muchos, “cientos” dijo textualmente, los ciudadanos almerienses que le paran por la calle para mostrarle su disgusto por el hecho de ser ridiculizado en tal tertulia.
Hombre, seguro que estas manifestaciones de Sobalecio nada tienen que ver con las recientemente vertidas por su señorito, Pedro I El Falso, a principios de este mes, cuando afirmaba que “los votantes de derechas me dicen que menos mal que hay un gobierno del PSOE”. Pues sí, amigos, Sobalecio lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a trasladarnos a los almerienses una experiencia personal que es casi calcada a otra que ha relatado el hombre con el que sueña por las noches, por el que suspira por las mañanas.
Eso sí, sólo algo más: si tú, querido oyente/lector, eres uno de los cientos de almerienses que para por la calle a Sobalecio, haz el favor de dejarlo en paz, que luego el hombre no tiene tiempo de enterarse de si las frecuencias de tren que se incrementan son de Almería… o de Granada.
