VÍDEO BLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
Cualquiera que se haya interesado mínimamente por la historia de España o, en concreto, por la de Almería, sabrá que, durante la Guerra Civil, la provincia permaneció bajo el domino del bando republicano, ya que el mismo día que se produjo el alzamiento nacional, las autoridades lograron sofocar la rebelión en la ciudad y los pueblos y hasta tres días antes del final de la contienda no entraron en la capital las tropas franquistas.
Siendo así, estando el territorio dominado por las fuerzas republicanas, es evidente que no hay posibilidad de que, durante esos casi tres años, hubiera en Almería ningún republicano represaliado. Muy al contrario, fueron muchos los partidarios del bando nacional, pero muchos más los ciudadanos normales y corrientes, religiosos, burgueses, nobles, propietarios de empresas, políticos más o menos vinculados con la derecha, periodistas que trabajaban en medios conservadores o gente que, en general, se habían mostrado más o menos públicamente como de convicciones conservadoras o religiosas, los que fueron asesinados, encarcelados, torturados y perseguidos.
Existen documentados muchos casos de represalias y abusos contra este tipo de ciudadanos, tanto por parte del poder establecido como por parte de los comités y sindicados que, en algunos momentos de la guerra, se hicieron con el control de la ciudad, con especial protagonismo de la UGT, pero también de algunas organizaciones anarquistas.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha venido a Almería para protagonizar un acto en cuya convocatoria se decía que era de resarcimiento de la memoria de represaliados durante la Guerra Civil y el franquismo.
Uno esperaba, con tal título, que más o menos la mitad de los homenajeados fueran represaliados por el franquismo, tras la guerra, y la otra mitad represaliados por el bando republicano durante la guerra porque, repito, mientras ésta duró, no hubo ningún perseguido por el bando nacional, por la sencilla razón de que en Almería no había bando nacional.
Sin embargo, el 100% de los homenajeados en el acto presidido por la ministra Delgado, profunda ignorante de la historia de España y sobre todo de Almería, fueron familiares de damnificados y perseguidos por el bando nacional, lo cual me lleva a decir que tanto la ministra como los organizadores del acto, o bien ignoran cómo se desarrolló la Guerra Civil en Almería o han protagonizado un acto más de manipulación histórica; como tantos.
Como ya he dicho en varias ocasiones, esto de revivir las miserias de la guerra, olvidando el pacto de concordia firmado en la transición, supone pasar del reconocimiento de los errores de cada bando y el abrazo de cordialidad para el futuro, a revivir lo que nos separa, lo que nos enfrenta. Ello, ya de por sí, es mal asunto; pero cuando se hace de manera sectaria, partidista y manipulada, lo que se está protagonizando es un fraude en toda regla. Si además se hace con dinero público y con una ministra como protagonista, el asunto sobrepasa las proporciones del escándalo; un miserable escándalo.
