VÍDEO BLOG # MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
Estaré estos días en Madrid; seguramente alguno descansará de mí. Tampoco me voy muy lejos: estaré al lado de la gente que defiende a nuestro sector hortofrutícola fuera de los límites de la provincia, junto a las empresas que llevan nuestros productos por todos los rincones del continente.
Se celebra Fruit Attraction en la capital del España, donde pasado mañana van a desenterrar a Franco, donde anteayer unos descerebrados pedían libertad para lo que ellos llaman presos políticos y en realidad son gente que un día se creyeron con derecho a saltarse la ley, en definitiva, allá donde se juntan los caminos, que diría el maestro, donde se cuecen todas las salsas.
En estos días, Madrid es Almería, es campo, es agricultura, es invernadero. Llevan once ferias y afortunadamente las he conocido todas. Esto nació porque una mente brillante se dio cuenta de la importancia del campo almeriense, del campo en general, para la economía española. Y aquí siguen, cada año más grandes, ya convertidos en un auténtico gigante expositivo, la feria más importante cada año aquí, en IFEMA.
Sinceramente, venir aquí te obliga a sentirte muy orgulloso de todo lo que ha hecho nuestro campo, del modelo que los almerienses hemos implementado, del tesón con el que nuestros agricultores han conseguido crear y mantener este gigante, de la fama mundial que Almería ha alcanzado gracias a la agricultura, a los agricultores.
Sin embargo, hay trabajo pro hacer, por ejemplo, en la unidad del sector, en la consecución de una capacidad operativa unificada que sea capaz de tratar de tú a tú al resto de los operadores de mercado.
Hoy por hoy, algunas empresas están trabajando denodadamente en aumentar sus cifras, creando multinacionales de gran potencial, con las que competir en el mercado y procurar la mejora valoración para los productos que nacen de nuestra tierra.
Tenemos el mejor clima y la mejor agua, tenemos una ubicación privilegiada, tenemos un ‘konw how’ que copian por todo el mundo y unos agricultores que no me atrevo a decir que sean los mejores del mundo, pero sí diré que no hay otros mejores en el planeta.
Y la verdad es que en todo, también en esa necesaria configuración de una potencialidad común, se ha avanzado de manera notable en los últimos años. Pero insisto, queda camino por recorrer y queda, también, que nuestros representantes institucionales demuestren con hechos, además de con palabras, que entienden que el agro en general y el almeriense en particular es un elemento clave en nuestra sociedad y en nuestra economía.
