#ElMonoDesnudo: Del hospital sin cafetería, por Gloria Pérez de Colosía
Escribimos sobre lo que nos pasa, sobre lo que somos, sobre lo que nos conmueve.
También, dicen, somos de quien nos escribe, dado que así nos perpetua convirtiéndonos en letra, de quien nos entiende y de quien luego nos puede, también, explicar.
Pero antes de ponerme muy poética y de que se me pase, más que la indignación el pasmo de mi descubrimiento semanal, volvamos al principio.
Escribimos sobre lo que nos pasa, y a mí, en estos días, lo que me ha pasado es un hospital y su cafetería fantasma, por lo que a pesar del juego que hubiera dado hablarles de las elecciones vascas, con un apocalíptico triunfo del programa electoral de ETA, no voy a hablarles de ello, sino del Torrecardenas, ese hospital provincial sin cafetería.
Y es que, el hospital Torrecardenas, complejo de referencia de la sanidad pública en la provincia de Almería, inaugurado en Octubre de 1983, y con un número de camas de alrededor de 830, no tiene en estos momentos, y desde ya va a hacer dos años, cafetería.
Y cierto es. En Junio de 2022, la cooperativa concesionaria Andarax de Hostelería decidió cesar su actividad tras no poder competir en precio con otras empresas de catering, decían, al salir la nueva cafetería a concurso. Cuestión esta, como se ha ido viendo después, mucho más compleja y judicializada, al ponerse en duda que la aplicación de aquel famoso Real Decreto del COVID-19 para denegar la modificación del contrato que la cooperativa tenía con el hospital, fuera correcta o no, lo que planteó la nulidad de la resolución administrativa. Al parecer, el Consejo Consultivo de Andalucía, el pasado mes de Octubre, ha emitido un informe, preceptivo y vinculante, que concluye de forma desfavorable a la revisión de dicha resolución.
Sea como sea, el caso es que desde entonces en este este hospital, considerado universitario al implantarse el Grado de Medicina en la Universidad de Almería, promesa cumplida del PP, ni usuarios, ni familiares de ingresados, ni trabajadores, ni profesionales sanitarios, tienen dónde comer.
Tan solo pudo sacarse una concesión para dar servicio de almuerzo y cenas al personal sanitario de guardia que tengan que permanecer en el centro hospitalario durante las horas de comidas y, desde principios de 2023 existe un llamado Espacio living, un espacio con mesas y microondas habilitado en el interior del Hospital Materno Infantil, que yo no he sido capaz de encontrar, donde poder comer algo, eso sí, un algo traído de casa o si no de lo que a las máquinas expendedoras les quede.
En Enero de 2023 los parlamentarios de VOX registraron por escrito consulta a la Consejería de Salud y Consumo, obteniendo por respuesta que “están realizando un estudio de viavilidad”. Y se ve que, 15 meses después, siguen en ello.
En Junio de 2023 la delegada de la Junta de Andalucía en Almería explicaba la dificultad de adjudicar el servicio, por estar pendiente de resolverse los procesos judiciales que antes he mencionado de los antiguos trabajadores de la cooperativa que explotaba el servicio, y ninguna empresa quiere hacerse cargo de la concesión por el riesgo a tener que asumir una plantilla de trabajadores grande y con mucha antigüedad
¿Pero entonces?
Poco tiempo he pasado en hospitales, dicho sea, pero tengo la sensación, llámenme extravagante, de que cuando uno va a un hospital a realizarse una prueba médica o a visitar a un familiar o amigo, no va, ciertamente para bajarse a la cafetería a hacer tiempo, pero igual un café tras la prueba realizada o el extraño hábito de comer a mediodía cuando los ingresos se alargan, deberían ser necesidades que se vieran satisfechas en el propio recinto hospitalario, sin tener que irse a 1.100 metros, que parece ser es donde se encuentra el bar más cercano.
Sobre Almería, de cuya peculiaridad a la hora de la dieta cuando está nublado siempre hablo a mis amigos, añadiré a partir de ahora que, además de lo del AVE, es la única provincia con un hospital sin cafetería.
Lleven por tanto siempre un bocadillo en el bolsillo, por lo que pudiera ser.
