VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Otra médico agredida en su consulta y el tarugo del agresor se va de rositas con una multa de 60 euros, por Víctor J. Hernández Bru.
Me vais a permitir que, aunque estemos ya a muy poco tiempo del momento clave, haga un pequeño paréntesis en el seguimiento de la carrera preelectoral. Pero es hay cosas que son, como mínimo, tan importantes como lo que los españoles nos estamos jugando el domingo.
Mirad, esta semana, un salvaje le ha dado un puñetazo a una médico que se encontraba de guardia en el centro de salud de Níjar. Podría decir muchísimas cosas, y voy a decir algunas de ellas, pero sin duda lo más importante es que está claro que no estamos trabajando lo suficiente para que los tarugos del mundo entiendan que la violencia no es una opción, que el que sienta ganas de atizarle a otro, sea en la circunstancia que sea, ha de reaccionar inmediatamente dándose él mismo en la espinilla.
Insisto que hay mucho más que decir. Por ejemplo, que hay que ser melón para agredir a un profesional que está encadenando 24 horas de trabajo para cuidar de tu salud. Pero muy, muy melón. Es evidente que esta sociedad no se ha tomado las molestias suficientes y necesarias para que no haya absolutamente nadie, por muy petardo que sea, que sienta la tentación de agredir al encargado de salvarte la vida.
Es evidente que el único culpable, el único responsable de este tipo de comportamientos, mucho más normales en el reino animal que en el humano, es el imbécil del agresor. Pero también parece obvio, dada la experiencia, que la administración ha de tomar más precauciones para que nuestros sanitarios no se encuentren indefensos dentro de una consulta o en el propio centro de salud. Y sí, ya sé que hay botones del pánico y vigilantes de seguridad en los centros sanitarios, pero es obvio que estas medidas no están siendo suficientes. Es imprescindible dar un paso más.
Y luego están las consecuencias. Que el tipejo que ha protagonizado la agresión haya sido despachado con una multa de 60 euros da para muchas reflexiones, pero sin duda la primera es que nuestra justicia sigue siendo algo muy parecido a aquello que ya dibujó metafóricamente el que fue alcalde de Jerez, Pedro Pacheco. Que ese tipejo no haya pisado siquiera una celda de castigo y que mañana mismo pueda volver a visitar la consulta de otra doctora diferente a la que ha sufrido su agresión es una situación absolutamente intolerable.
Así que vamos a dejar de rascarnos el escroto, valga la cita de José Fernández, y a empezar a tomar medidas serias, rigurosas y contundentes, no sea que nos veamos un día de éstos con la cara de tonto a las puertas de un centro de salud y rodeados de flores, recordando el nombre de un facultativo fallecido por la ventolera de uno de estos dementes que solucionan sus problemas a base de golpes.
