VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Ahora toca anunciar 20.000 viviendas, para totalizar 420.000 prometidas, de las cuales no ha hecho ninguna: él es Pedro I El Falso, por Víctor J. Hernández Bru.
Ha anunciado esta semana Pedro I El Falso en el Senado, como si la cámara alta fuera un tablón de anuncios o uno de ésos medios de comunicación que él riega de millones para que reflejen lo guapo que es, que va a construir 20.000 viviendas públicas sobre terrenos del Ministerio de Defensa.
¡20.000 más! Además de las 35.000 que anunció hace dos semanas del Sareb, que por cierto no aparecen por ningún lado y otras muchas que ha ido anunciando en los cinco años de gobierno trolero y tranfullero que está protagonizando junto a esa bazofia de compañeros de viaje que son los populistas, comunistas, golpistas, malversadores legalmente perdonados y herederos y justificadores de los tiros en la nuca de la ETA.
¡20.000 viviendas públicas más! ¡Y dos huevos duros!, que diría Groucho Marx en ‘Una Noche en la Ópera’. ¡Más madera, esto es la guerra! ¿Qué más da 20.000 que 200.000? O mejor, ¡dos millones! Dispuestos a disparatar, a reírse de la gente, a tomarnos el pelo de manera miserable, ¿por qué quedarse corto? ¡Que siga la fiesta!
Una fiesta que empezó cuando El Falso llegó a La Moncloa, momento en el que comenzó su retahíla de mentiras en todos los sentidos, pero especialmente en éste de la vivienda pública.
Así, el 2 de julio de 2018, recién asaltado el poder blandiendo esa otra trola de la corrupción del PP, su ministro y hombre de confianza, de entonces, no de ahora, anunciaba 20.000 viviendas para alquiler social en cuatro o seis años. ¿Os suena la cifra? ¡Bingo! 20.000. Pues no hicieron ni una.
Ya en 2021, en febrero, el propio Pedro I El Falso anunciaba la movilización de 26.000 viviendas de la Sareb destinadas a alquiler social, 5.000 de ellas de inmediato. De nuevo nada de nada. Igual que con el anuncio del mes siguiente, marzo, en el que Ábalos anunciaba 2.000 millones de euros destinados a rehabilitación y construcción de viviendas. Que levante la mano el que haya visto una sola. Ese mismo mes, tres días después, el propio Ábalos anunciaba 100.000 viviendas del Plan de Viviendas sociales. El guardaespaldas de Pedro había aprendido la lección: si vamos a prometer lo que no haremos, ¿por qué quedarnos cortos?
Ese mismo año, en junio, el gobierno anunciaba el Plan de Vivienda Social vinculado a la Sareb, con alquileres de entre 150 y 350 euros. Dos años después, nadie sabe nada de aquello; como no se sabe nada de los 5.520 millones prometidos por Raquel Sánchez, tras sustituir a Ábaos, para vivienda social y de alquiler, comprometidas, en septiembre de ese año.
Un mes después, El Falso se iba a Sevilla a anunciar un bono vivienda de 250 euros mensuales para menores de 35 años y, 20 días más tarde, lo volvía a hacer, pero en Mérida, prometiendo otras nuevas 100.000 viviendas y 100 millones para hogares vulnerables. De nuevo, papel mojado.
El año 2022 no se quedó atrás en esta vorágine de timos socialistas sobre la vivienda. En enero, de nuevo el anuncio ya manido del bono de vivienda, que no llegó a ver la luz; en julio, el anuncio del desbloqueo de la Operación Campamento, con 65.000 viviendas sociales en suelo de Defensa y, tres meses más tarde, en el triple salto mortal de la desvergüenza, el mismo anuncio, pero ahora cifrado en 12.000 viviendas. Desde ambos anuncios, ningún avance práctico al respecto.
Y así, en 2022, 2023 y en todos los años del gobierno social comunista, unas veces con suelo del Ministerio de Defensa, otras con propiedades o suelos de la Sareb, cuyas viviendas están en un estado absolutamente inhabitables como demuestran las fotos que ilustran ese texto y que han sido realizadas en Almería; y otras veces con inversiones económicas, pero nunca con la traducción de tales compromisos a la práctica.
Ahora tocan 20.000 viviendas más, que obviamente, llevarán el mismo destino que las anunciadas hasta ahora, un total de 420.000, el mismo que todas las promesas de este enfermo de la mentira que, en España, tenemos como presidente.
