VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Sumar… incautos, por Víctor J. Hernández Bru.
Vivimos en un país en el que el gobierno social comunista que se formó en 2018, se encontró la inflación, es decir, lo que crecen los precios de las cosas que compramos cada mes, inferior al 1%. Han pasado tres años y pico desde entonces y, ahora, las cosas crecen a un ritmo del 10%. Explicado de otra manera, cada mes que pasa, a ti te cuesta comprar el pan, las entradas del cine, una habitación de hotel, un taxi, una casa o un coche un 10% más.
Si entre el público hay alguien al que el sueldo le suba un 10%, que levante la mano.
Ésta y no otra es la razón principal por la que no hay que votar jamás a un partido de izquierdas. Porque la política de la izquierda, no ahora sino a lo largo de los siglos, en la Rusia de los Lenin y Stalin, en la Alemania Democrática, en la Rumanía de Ceaucescu, en la Cuba de Fidel y los fideles, en la Argentina de Perón, la de Juan Domingo y la de Eva, y en la de los Kirchner, la de Néstor y la de Cristina, en la Venezuela de Chávez y Maduro, en todos los países que han tenido la tremenda desgracia de ser gobernados por socialistas o comunistas, la economía ha terminado en ruina y el coste de la vida ha terminado subiendo mucho, muchísimo más que los sueldos.
Pero no nos vayamos tan lejos, en España, la llegada de José María Aznar al gobierno, tras trece años de felipismo socialista, se produjo en mitad de una galopante crisis económica; la de Rajoy, tras siete años de ruin zapaterismo, aterrizó en mitad de las amenazas de la Unión Europea de intervenir nuestra economía y comenzar a tomar decisiones desde Bruselas; y ahora tenemos exactamente el mismo panorama que entonces, en 2011; con unas encuestas electorales que apuntan al hundimiento brutal del PSOE y la práctica desaparición de todo lo que hay a su supuesta izquierda, tal y como ha sucedido ya en autonómicas en Madrid, Castilla León y Andalucía.
Y en mitad de todo ello, ahora sale doña Yolanda Díaz, una criatura de Dios que jamás ha hecho nada por sí misma y ahora nos explicamos por qué; que pasó de la tutela de su padre, el capo sindical de Comisiones Obreras el Galicia, Suso Díaz, a la del Coletavirus; del enchufe de papá al del marqués de Galapagar; diciendo que tiene la solución, que desde el comunismo nos van a descubrir la panacea, la receta de la Coca Cola, qué coño de la Coca Cola, del Bálsamo de Fierabrás; y que no nos preocupemos, que confiemos en ella.
Y para convencernos, nos repite exactamente las mismas fórmulas que ha utilizado este gobierno social comunista desde 2018, con los resultados que ya he explicado. Y hasta ahí, uno podría pensar que sí, que es posible hacerlo, que lo que ha pasado es que la receta es magnífica pero que Pedro I El Falso y los suyos la han aplicado mal.
Pero hay un problema, un problema que se resume en una pregunta: ¿A que no sabéis quién ha sido ministra de este gobierno desde el principio y lleva ya más de un año como vicepresidenta? ¡Bingo! Pues nada, a seguir ‘sumando’, que seguro que ahí afuera todavía hay alguno dispuesto… a sumar… incautos.
