VIDEOBLOG #MIEDODEQUÉ?, por Víctor J. Hernández Bru.
Sí, amigos: por mucho que algunos de vosotros hayáis corrido delante de los grises para demandar libertad, por mucho que en la Transición las fuerzas de la práctica totalidad del espectro político se pusieran de acuerdo para redactar una Constitución y para establecer lo que hasta ahora se consideraba un Estado social, democrático y de derecho, por mucho que hasta ahora se hayan alternado con total normalidad partidos de tan diferente ideología como PP y PSOE, por mucho que llevemos ya 40 años de disfrute de una infraestructura organizativa basada en que el pueblo elige libremente a sus representantes y que dicho período sea el segundo más longevo de convivencia libre y de derecho en este país, tras el larguísimo período de la Restauración (1874-1931), la realidad es que la democracia nos acaba de llegar.
Qué digo llegar; la democracia nos la han traído, en vuelta el papel de regalo, Pedro Sánchez y su lugarteniente, o lugartenienta que diría ella misma, Carmen Calvo, la vicepresidenta con menor nivel cultural e intelectual que ha tenido este país, precisamente, en esos 40 años de como lo quieran llamar ellos.
Lo han dicho ambos, bien secundados por sus palmeros, en estos días, tras la resolución del Tribunal Supremo acerca de la exhumación de Franco.
Nada, absolutamente nada de lo que hasta ahora consideráramos un sistema democrático era, en realidad, un parámetro válido para definir si en España había democracia.
Pero estamos de enhorabuena: como Franco va a ser exhumado por narices, si nada lo impide, cosa que a mí particularmente me da exactamente lo mismo, ahora ya podemos salir a la calle, ufanos y satisfechos, porque ya somos una democracia.
Os contaré alto: jamás he pisado en Valle de los Caídos. Es más, siempre he sido más bien de la opinión de que Franco no pintaba nada allí e incluso, cuando empezó toda esta movida, yo era más o menos partidario del traslado del cuerpo.
El señor Sánchez, ese personaje engreído hasta el ridículo, que va por la ONU diciendo que en España ha nacido una ola de feminismo que va a cambiar el mundo, ante el cachondeo generalizado de todos sus homólogos, y su fiel escudera en la más rotunda incultura, han conseguido que ahora me parezca mal la exhumación; no por lo que significa en sí, sino porque estoy hasta el gorro de la utilización política de absolutamente todo y de la tomadura de pelo generalizada a la que esta pandilla de incompetentes someten de manera continua a los ciudadanos que pagamos sus, sin ningún género de dudas, inmerecidos sueldos.
