Según cifras oficiales de Cruz Roja, en los primeros ocho meses de 2023 se han registrado 1.700 migrantes irregularizados más que en 2022.
La inmigración ilegal sigue siendo un problema en ascenso para la población en Almería. O, al menos, así lo corroboran los datos. En los primeros ocho meses del pasado 2022 la provincia indálica recibió 1.900 migrantes irregularizados, según aportan las estadísticas oficiales de la Cruz Roja. No obstante, las cosas han cambiado en este nuevo año, en el que las cifras recabadas hasta el 6 se han disparado hasta los más de 3.500 inmigrantes ilegales, casi el doble.
Pese a que en la actualización de septiembre se registran ya cerca de 4.000 inmigrantes, la oleada de pateras que llega a Almería no preocupa ni mucho menos al Gobierno central. El delegado en Andalucía, Pedro Fernández, así lo hizo saber el pasado viernes. Pese a las advertencias que llegan cada semana desde la Guardia Civil, en la Moncloa no ven ningún «colapso». Además, el propio Pedro Fernández celebra que «la atención que se está prestando y la buena organización permite que no haya situaciones ni de colapso ni situaciones indignas con respecto al trato a los inmigrantes».
Para más inri, desde El Ejido piden un «incremento de la seguridad» para hacer frente a una llegada masiva de pateras que ha desatado la «alarma social» entre los vecinos. O en la localidad costera de Adra, una de las más golpeadas este verano por la inmigración ilegal, denuncian que los servicios de vigilancia están «saturados». A todas estas demandas, el delegado del gobierno solo apunta que el aumento de la inmigración ilegal se debe «al tiempo al estado del mar».
