#ElMonoDesnudo: ‘De la levedad, la fugacidad y el despiste.’, por Gloria Pérez de Colosía
“La insoportable levedad del ser”, esa novela de Milan Kundera, es un libro sobre las ilusiones perdidas que aborda la existencia de un hombre en torno a la pareja, el amor y la sexualidad, en la Praga de finales de los años 60, desde la levedad de su comportamiento hasta la solidez de un compromiso vital. Ustedes lo habrán, si no leído, al menos oído. Espero.
Eso de la levedad y la solidez del amor es trasladable a otros campos y es de eso de lo que quiero hablarles hoy. Me irán comprendiendo.
Vivimos en medio de una multitud de estímulos, y dicen los expertos que, gracias a nuestra capacidad, tanto de atención voluntaria como involuntaria, podemos filtrar lo que es importante y lo que no.
Yo creo que se equivocan.
Y no estoy, ni mucho menos, llamando tonto a nadie, no se me ofenda por favor, hablo de una sociedad. Yo también, como usted, intento tener conciencia y huir de la hipertrofia mental a la que nos someten, pero me consta que la desinformación, manipulación y propaganda a la que estamos siendo sometidos, tiene su efecto en la mayoría de nosotros, los monos desnudos, consiguiendo la procurada colonización ideológica.
Y no es un recurso nuevo, solo que, en estos tiempos tan digitales, sostenidos en RRSS como telas de araña, se vuelve imparable. Pero no, no es algo nuevo. Cuando Marco Antonio conoció a Cleopatra, Octavio, su enemigo, lanzó una campaña de propaganda en contra de él con el fin de arruinar su reputación. Y, ¿saben cómo lo hizo? Mandó grabar frases cortas en las monedas que, pasando de mano en mano, llegaban a toda la población. Y así, sin consciencia sobre dónde había aparecido la noticia, todos acabaron creyendo que Marco Antonio era un mujeriego y un borracho.
La táctica de la noticia falsa o información parcial sigue funcionando hoy en día, narcotizando el pensamiento crítico y avivando el conformismo y el miedo. Eso sí, dosificadamente y con una estrategia gradual, dosificadamente, hasta conseguir implantar medidas que, de ser aplicadas de una sola vez, provocarían una revolución.
Y ahí tienen la explicación a la tan repetida pregunta de porqué solo nos alteramos con besos o futbol, pero no salimos a la calle a la protestar por cuestiones serias. Porque todo ocurre gota a gota y, cuando caiga la última no será como en el refrán, simplemente desbordaremos.
Ocurre, además, que se programa un discurso particularmente infantil, que absorbemos sin rechistar. Y no es que nuestros dirigentes no puedan llegar a tener cierta capacidad adulta. Es simplemente que, si el mensaje se dirige en tono infantil, la respuesta, evidentemente, también lo será y carecerá de cualquier juicio crítico.
Por la misma razón se utiliza en el mensaje un aspecto emocional más que reflexivo, causando un cortocircuito en el análisis racional, para obtener una respuesta visceral que arrastre los genios y los humores del momento y finalmente implantar en el inconsciente colectivo ideas, doctrinas y opiniones que induzcan a determinados comportamientos.
Y casi lo más importante, que todo sea eventual y fugaz, y para que no haya tiempo de absorber un tema se bombardea con el siguiente
Por todo esto, nos agitamos como si no hubiera un mañana con tener que votar un 27 de Julio, con las tetas de Amaral, con Rubiales y su beso, con el calor, con una canción de Shakira, con el bebe de la Obregón, con la muerte de Nahel en Francia, con la valla de Melilla, con un chat de estudiantes, con el overbooking de migración en la isla de Lamperusa o con un terremoto.
Historias que gravitan sobre nosotros 10 contados minutos para pasar a la siguiente. Leves y fugaces, sin permitir que cada una de ellas tenga su propio latido. Y todas, lo que es verdaderamente terrible, nos agitan con la misma intensidad debido a esa pérdida de lucidez y objetividad que ya tenemos. Que ya han conseguido que tengamos.
La levedad de las noticias y asuntos, con o sin trascendencia, como en la obra de Kundara, hace que vivamos en una sociedad líquida, desprovista de compromiso, característica opuesta a la solidez y al peso como cualidad de la existencia.
Y así, a 9 días de una investidura ya fracasada, que el Rey propuso y Pedro dispuso, lo que es, es, agitados nos tienen con una manifestación contra la amnistía y una intervención en la Asamblea de la ONU, sin tomar consciencia del verdadero y costoso problema que supone repetir unas elecciones y mantener durante meses un gobierno en funciones.
Y todo esto, Señores, incluso habiéndose dejado de emitir el Sálvame.