VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Tras nuestras hortalizas, las fresas, por Víctor J. Hernández Bru.
A estas alturas de la película, ya a nadie le cabe absolutamente ninguna duda de que el social-comunismo odia a la empresa, a la productividad, a la actividad económica que no sea de carácter público y a todo tipo de creador de valor y empleo. Quien dude de esto, repito, a estas alturas, es o porque no quiere enterarse de las cosas o porque está en Babia, que es justo donde este miserable gobierno quiere que estemos todos.
Son legendarias ya las campañas de socialistas y comunistas en contra de nuestra agricultura, sea cual sea la excusa. En ocasiones se trata de hacer pasar a los agricultores por explotadores laborales, otras por racistas que hacen la vida imposible de los inmigrantes a los que, en realidad, dan trabajo para que puedan mantenerse en España; a veces se les pinta como grandes contaminadores del medio ambiente cuando en realidad lo que hacen es liberar CO2 al mismo; y otras como generadores de residuos cuando somos un ejemplo de agricultura sostenible y de reciclaje tanto de residuos orgánicos como plásticos.
El gobierno ha llegado a hacer campaña por el consumo de los productos que llama de cercanía, enviando un torpedo sobre la línea de flotación de nuestra estructura exportadora, pilar fundamental de la balanza comercial española. Y en otras ocasiones, ha promocionado el consumo de productos de temporada, como si el producir tomates, pepinos o calabacines durante todo el año fuera algo malo para alguien.
Y ello por no hablar del agua, esencial líquido elemento para nuestra producción hortofrutícola, que los socialistas y comunistas se han encargado de hacer todo lo posible para alejar de nuestros campos desde el año 2004 hasta nuestros días.
No cabe duda de que nuestra agricultura sobrevive a pesar de los desvelos de comunistas y socialistas, lo cual se refleja claramente y año tras año en las urnas. Y ahora le ha tocado el turno a la fresa, denostada por nuestro propio gobierno ante la Unión Europea, hasta el punto de generar un ‘efecto llamada’ sobre los ‘justos jueces’ norte-europeos que han programado una visita finalmente no plasmada para verificar que el cultivo de la fresa es uno de las siete plagas de Egipto, poco más o menos.
Lo mejor de todo esto es que no termino de entender qué es exactamente lo que persiguen socialistas y comunistas con estos comportamientos económicamente suicidas, que no sólo conducen a poner en peligro nuestra principal actividad económica, sino, además, un importante caladero de votos para ellos mismos.
Hoy en día, vivir en una zona agrícola, donde todos los ciudadanos vivimos directa o indirectamente de la agricultura como ocurre en Almería, convierte en suicida siquiera plantearse votar a la izquierda, en cuya obsesión está el trazar cualquier tipo de línea que se encamine a torpedear y terminar hundiendo cualquier actividad productiva, desde el turismo hasta la industria, pasando por la hostelería, el motor, el sector inmobiliario, la ganadería y, por supuesto, la agricultura.
Y todo para que el común de la ciudadanía termine viviendo íntegramente de las paguitas y las subvenciones emanadas del estado… un estado absolutamente deficitario y pobre que aún no sabemos de qué piensan estos suicidas que puede mantenerse.
