VÍDEO BLOG #Miedodequé?: El PP, ante su gran oportunidad para perder el miedo, por Víctor J. Hernández Bru.
El calendario electoral ha deparado una realidad redonda para acometer lo que Alberto Núñez Feijoo ha definido, con total acierto, como la ‘derogación del sanchismo’, entiendo que en una concreción semántica que va más allá de la ‘era Sánchez’ y que abarca como mínimo el ‘zapaterismo’ y quién sabe si no parte del ‘felipismo’.
El socialismo, en sí, ha sido una criminal plaga para este país y el PP ya tuvo en su mano, en su momento, la ‘derogación del zapaterismo’ y, en lugar de hacerlo, se dedicó a blanquearlo y a consolidar en nuestras vidas los disparates que había implantado el, hasta ese momento, peor presidente de nuestra historia.
De esta manera, los siete años de ‘marianismo’ no prestaron atención a leyes absolutamente anticonstitucionales y falsarias como la de Violencia de Género y la de Memoria Histórica, además de consolidar la tendencia a la subida de impuestos como solución a los problemas económicos, convirtiendo a su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en un socialista más.
Ahora, la inexorable tendencia al desastre total, al fallo multiorgánico que presenta siempre el socialismo, nos coloca ante una nueva tesitura de gobierno liberal de centro derecha, con el reto de remediar la situación de caos económico, social, institucional y de valores que el socialismo siempre termina produciendo.
Y la esperanza, que debe ser confirmada, es que ahora el PP de Feijoo no caiga en la tentación por la que sí se dejó vencer el de Rajoy, que Jiménez Losantos definió con precisión cirujana como ‘el maricomplejinismo’, que se tradujo en la validación de todos los desmanes socialistas de la época anterior.
El PP de Fejioo, que ha barrido en las municipales y autonómicas siendo él mismo, rechazando esta política del desastre social-comunista tamizado con independentismo, filoterrorismo, golpismo y sedición, debe perder la cobardía que, con el paso del tiempo, ha calado en parte en su ADN; debe ser él mismo y defender las ideas que inequívocamente defienden sus votantes.
El PP es un partido liberal, que cree en España, en la empresa y los autónomos, en la igualdad de oportunidades conseguidas a través del mérito, en el idioma español, en el valor de la propiedad privada, en la igualdad real de todos ante la ley, en la ausencia de prebendas para las minorías, en la historia por encima de las manipulaciones partidistas, en la ley y las fronteras como garantías de ésta y en el castigo para quien se la salta y en la inocencia de quien no se demuestre que es culpable.
Es por eso que, si como los cálculos y aproximaciones demoscópicas parecen demostrar, no logra mayoría absoluta para gobernar España, si no la ha conseguido para gobernar determinados ayuntamientos, ha de pactar con el partido que más se le parece en todo esto, que es Vox, sin ningún tipo de complejo ni miedo, puesto que sus votantes van a entender que está pactando con un partido con el que coincide en el 90% de sus ideas y, además, porque no estará pactando con populistas, independentistas, golpistas, sediciosos o filoterroristas como sí ha hecho el PSOE.