VÍDEO BLOG #Miedodequé?: De dictadora a ‘Esperanza Perdida’ y, de ahí, a las rodilleras para pedir a Vox que la deje gobernar, por Víctor J. Hernández Bru.
Una de las situaciones que más me hacen disfrutar es ver a un prepotente, a un invencible, a un ‘sobrao’, hincar la rodilla. La política es un vergel en el que florecen los prepotentes, los invencibles, los ‘sobraos’, que con un par de meses de despacho, chófer, jefe de gabinete, alfombra y trato de usted, pasan del “despacho con puertas abiertas” a “dile que no estoy”, al “yo soy alcalde” o “yo soy diputado”, al “aquí mando yo porque estoy es mío”.
Casos hay muchos, casi infinitos. Y unos más descarados que otros. Pero hoy me quiero centrar en mi queridísima amiga, casi hermana, Esperanza Pérez Felices, hoy más que nunca, ‘Esperanza Perdida’. Hay quien dice que tengo algo personal en contra de ella y, sin duda, llevan razón: no me gusta Esperanza, no me gustan las malas personas, los sectarios, los abusones y, sobre todo, no me gustan los que parasitan las instituciones y, en lugar de servir a la gente, las utilizan para abusar de ellas y para crear redes clientelares que, lejos de estar pensadas para favorecer a los beneficiados por ellas, tienen como fin principal perpetuarse en el poder.
Esperanza ha sido una pésima alcaldesa y no sólo porque en ocho años de gobierno no ha hecho ni una infraestructura destacable para uno de los principales municipios de la provincia, porque ha convertido Níjar en una pocilga y un paraíso para quienes se benefician de la falta de seguridad. Lo ha sido, además de por todo esto, porque ha convertido el Ayuntamiento en su cortijo, en una agencia de colocación, en una sucursal de la sede de su partido.
Hasta tal punto ha pensado que todo eso era suyo, que ha tenido el cuajo de empadronar a cargos de confianza en una vivienda a nombre de su marido, absolutamente persuadida de que ella era invendible.
Frases como “a mí no me va a parar nadie”, “yo voy a seguir siendo alcaldesa de Níjar” o “lo van a pagar porque yo soy abogada”, de un grado de ridiculez que la hacen acreedora del título de reina del parvulario, confirman el autoconvencimiento de que, lejos de ser simplemente una alcaldesa, las urnas la habían convertido en la virreina de Níjar, la emperadora de Níjar, la propietaria de la Comarca de Níjar.
La soberbia, el engreimiento, la prepotencia y, sobre todo, la confusión profunda acerca de lo que es ser alcaldesa, han llevado a ‘Esperanza Perdida’ a ser expulsada del gobierno municipal, mientras su coro de palmeros cobardes sigue aplaudiéndole todos y cada uno de los comportamientos que los han llevado a la oposición, aprueban y corean todos y cada uno de los disparos suicidas que hace sobre la sien de su partido a nivel local.
Y claro de la máxima soberbia a la depresión hay un paso, un paso que ya ha recorrido ‘Esperanza Perdida’, de la que me dicen que en la noche electoral lloraba sentada en el bordillo de la acera junto a la sede local del partido; y que al día siguiente presentaba una dimisión de facto, dejando de atender sus obligaciones como alcaldesa, como sus concejales han dejado de atender las suyas, alguno de ellos, incluso recogiendo sus cosas del despacho.
En su cuenta de redes sociales, ‘Esperanza Perdida’ ha lanzado la idea, con las ‘rodilleras’ bien colocadas en su sitio, de que Vox deje gobernar al PSOE absteniéndose. Es el sumun de la poca vergüenza, la réplica ideal y milimétrica de su jefe, Pedro I El Falso. A Esperanza cabe preguntarle a qué Vox se refiere, si al fascista, al machista, al xenófobo o al homófobo, todos ellos calificativos salidos de su boca y de la de su partido, pero claro, antes de que los necesitase, de necesitar su abstención para tener un atisbo de posibilidad para gobernar.
¿Veis cómo no es Pedro Sánchez, sino que es el propio PSOE el que lleva incrustado en su ADN la mentira, el timo y la falta absoluta de vergüenza?
