VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Te voy a pedir el voto, por Víctor J. Hernández Bru.
Termina hoy una campaña intensa, diría que dura, en la que se ha cumplido al milímetro aquello que te prometía antes de empezar: “nos vamos a divertir”. Era evidente que había nervios, mucho en juego para mucha gente y para la ciudadanía en general y una amplia cantidad de políticos dispuestos a hacer lo que fuera.
No diré que esperaba todo lo que ha pasado; ni siquiera que lo imaginaba. Sabía que iba a ser una campaña muy dura y sucia, pero tampoco sabía en qué forma. Lo de la compra de votos no es algo nuevo, aunque sí la apariencia de impunidad y el descaro con el que se ha hecho en estas semanas. Lo de los empadronamientos irregulares era algo sabido por todos, pero yo ignoraba la dimensión y le falta de disimulo con los que se estaba practicando. Y las agresiones de la izquierda a los contrarios, eso sí que no ha sorprendido a nadie puesto que se ha convertido en algo habitual.
No me gusta el final de campaña, porque aunque queda claro que el choriceo y la trampa está mayoritariamente, por supuesto que con excepciones, pero mayoritariamente al lado de la izquierda, yo hubiera preferido una campaña normal, tranquila, en la que el ciudadano fuera a las urnas con la serenidad de poder expresar su opinión sobre lo que representan unos y otros, sobre la España que quieren los de Chapote y la que plantean el resto de partidos.
Por eso, aunque ni soy político ni lo seré nunca, voy a pedirte el voto. Sí, yo también te voy a pedir el voto, aunque no para un partido concreto, sino a favor de una sociedad, una forma de vida, una España. Te voy a pedir que votes libremente a cualquier partido que no represente a Chapote, a los acercamientos de presos etarras al País Vasco y a los beneficios penitenciarios para asesinos a cambio de apoyo a presupuestos y a gobiernos; a cualquier partido que no apoye que se cambien las leyes, como la de sedición o la de malversación, cuando le interese a formaciones que hayan cometido esos delitos para que éstos lo apoyen en el gobierno; a cualquier partido que no esté a favor de que nuestros hijos menores de edad puedan cambiarse de sexo o abortar sin nuestro consentimiento o que propugnen que nuestros hijos no sean de sus padres; a cualquier partido que no nos suba los impuestos hasta conseguir que no podamos llegar a fin de mes, a cambio de poder viajar en Falcon hasta para ir al cuarto de baño; que no sean responsables de una subida de los precios, del IPC, que haya conseguido que podamos comprar la mitad de cosas que hace cuatro años cuando vamos al supermercado; que no defiendan que alguien puede entrar en nuestras casas y quedarse por el mero hecho de que ellos no tienen una para vivir; a cualquier partido que no apruebe leyes que suponga la reducción de penas para más de mil agresores sexuales y la puesta en libertad para más de cien.
No te voy a pedir el voto para ningún partido, porque no soy de ningún partido ni lo seré nunca. Te voy a pedir el voto para que dejen de gobernarnos, hasta el pueblo más pequeño, aquellos que llevan más de un siglo engañándonos con promesas absurdas de igualdad para, en cuanto tocan poder, cambiar sus pisos por mansiones, sus vaqueros por ropa de grandes diseñadores, sus manos por las de sus criadas y sirvientes pagadas por dinero público.
No te pido que votes a nadie, te pido que el domingo votes con inteligencia y rigor, para que podamos empezar a salir, pero ya para siempre, de una vez por todas, de este infierno social comunista en el que nos hemos metido.
