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#ElMonoDesnudo: ‘De los juzgados y sus huelgas’, por Gloria Pérez de Colosía

#ElMonoDesnudo: ‘De los juzgados y sus huelgas’, por Gloria Pérez de Colosía.

Hace un par de semanas que acabó la huelga de los letrados de la administración de justicia, antiguos secretarios judiciales a los que ahora, abreviando, llamamos LAJ, con un resultado de unos 350.000 juicios y audiencias suspendidas.

Es natural y entendible que, con el cambio de nombre y la atribución de tan apasionadas y nuevas funciones, los nuevos LAJ´s quisieran más sueldo. Todos, cuanta más responsabilidades y trabajo tenemos, más retribución económica esperamos.

Es también natural y entendible que, finalmente, el Ministerio que dirige Pilar Llopis haya accedido a llegar a un acuerdo con ellos, pues las cosas estaban empezando realmente a desmadrarse.

Dado el resultado obtenido, parece ser que hasta 450 euros al mes han visto incrementado su sueldo, los funcionarios, también de la administración de justicia, han sido, también, llamados a una huelga indefinida para exigir subidas salariales como las de los letrados. A partir del 17 de Abril harán 3 horas de paro diarias.

Dicen por ahí que esto va a suponer un coste a la justicia de difícil recuperación. Y de acuerdo estoy, pero, sinceramente, ni hacía falta la huelga de los letrados de la administración, ni hace falta ahora la de los funcionarios, para darse cuenta de que el sistema judicial en España ya estaba severamente perjudicado.

Yo, que me dedico de forma casi exclusiva al derecho de familia, y si tiene algún elemento internacional mejor que mejor, porque para cuestiones de recolocaciones familiares, con los extranjeros me entiendo mejor, será por eso de que tienen la cultura de la mediación más aprendida, llevo años viendo cómo los procedimientos judiciales, de forma injustificada, y sobre todo muy dañina para la familia, se dilatan en el tiempo hasta que los niños se convierten en adolescentes y los adolescentes en adultos, hasta llegar por fin el día del juicio y quedar fuera del objeto judicial por ser mayores de edad, sin que durante años se les haya prestado ninguna ayuda, ante el comportamiento, a veces muy pernicioso, de sus propios padres.

No es culpa de la huelga. Yo ya he pasado por experiencias de espera, comunes entre compañeros y absolutamente crónicas, de dos años y medio para la por fin celebración de una vista de familia tras la presentación de una demanda, o la de más de 14 meses ya (y sigo esperando) para la iniciación de un proceso penal tras la denuncia de una ocupación de una vivienda o la de más de 5 meses para el dictado de una sentencia que versa sobre la custodia de unos niños.

Y no son solo los retrasos los que deteriora la justicia.

La falta de medios, la falta de especialización o la falta de recursos, hacen que nuestro sistema judicial actual sea ineficaz.

La falta de ganas e interés de algunos funcionarios ponen el resto para que el sistema de justicia se aleje diametralmente de lo que sería justo.

Todos los asuntos son importantes para quienes los sufren, un problema laboral, un recurso administrativo, una cuestión mercantil…. pero cuando hablamos de familias el terreno en el que nos movemos es infinitamente más delicado y sensible.

Los niños crecen. El tiempo que pasan esperando que un juez decida por sus padres los problemas que estos no saben resolver, es irrecuperable para ellos. Los tiempos que, por una u otra razón, pasan apartados de su padre, de su madre, de sus abuelos, tíos o primos, es irrecuperable para ellos

Y esos niños, afectados en su infancia y adolescencia, son los adultos dañados del futuro.

No hacía falta una huelga de más de 2 meses para poner esto en evidencia.

Créanme y no se dejen engañar.

Los LAJS no tienen la culpa, esto ya era así antes. Los funcionarios tampoco la tendrán, aunque claramente, la situación se agravará.

No es difícil adivinar cuáles son mis juzgados de referencia, y aunque no son los únicos con este endémico problema, de verdad les prometo que, después de haber llevado procesos en muchos otros de España, lo que pasa en Almería no lo he visto en ningún otro sitio

Bueno si, en Santa Fé, dónde un juzgado tardo año y medio en dictarme una sentencia.

Quizá algún juez concreto se dé por aludido con esta reflexión y me coja manía, como alguno de aquellos profes que tuvimos en BUP, pero ¿saben qué?, diré lo mismo que ese periodista que tenemos por aquí. ¿Miedo de qué?

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