VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Pulpí o el penúltimo disparate electoralista de un PSOE desnortado y desorientado: señor Cáceres, ¿para qué demonios nos convocó ayer?, por Víctor J. Hernández Bru.
No va a ser fácil que el PSOE supere la situación de descrédito, desprecio y en algunos casos incluso odio en la que lo ha metido su secretario general y en la que lo están manteniendo, día a día, la cobardía y el seguidismo que todos y cada uno de sus militantes están haciendo de las indignidades y desvergüenzas del propio Pedro I El Falso.
El PSOE tampoco ha sido nunca un dechado de virtud, para qué nos vamos a engañar, basta echar un vistazo a sus robos, gestos de violencia y asaltos a los más básicos derechos en la Segunda República, a la generalizada corrupción durante la época de Felipe González y la ruina que nos dejó en la de Zapatero, pero hoy por hoy es que no pasa un día sin que algún representante de este partido ofrezca una nueva muestra de política basura con la que degradar un poco más su propia imagen y, al mismo tiempo, alejarse un paso más de cualquier atisbo de posibilidad de volver a tocar pelo en el poder.
Lo de ayer en Pulpí fue realmente esperpéntico, digno del más ridículo camarote de los Hermanos Marx. El portavoz y candidato del PSOE a la alcaldía de dicho municipio, Luis Cáceres, que fue durante doce años teniente de alcalde en un equipo que abandonó la alcaldía dejando una deuda de cuatro millones de euros, de ellos 400.000 de facturas impagadas que tuvieron que ser pagados por sus sucesores populares en la gestión municipal a través de reconocimientos extrajudiciales de crédito, convocaba a los medios para anunciar que el consistorio y el alcalde están investigados por haber contratado unas obras menores después de que se iniciaran los trabajos.
Cáceres hablaba de unas supuestas notificaciones de la Fiscalía, pero no fue capaz de aportar documento alguno que demuestre que éstas se hayan producido y que el equipo de gobierno niega haber recibido; reconocía que se trata de obras menores y que, por tanto, no han de ser sacadas a concurso sino que pueden ser contratadas de manera directa; afirmaba que las obras comenzaron antes de ser contratadas, pero tampoco aportaba prueba alguna sobre tales hechos; y aseguraba desconocer si dichas obras contaban con el informe positivo de la Secretaría e Intervención del Ayuntamiento, cosa que en realidad sí es así y que el propio señor Cáceres, de haber querido, podría haber comprobado con una simple consulta a dichas instancias municipales antes de hacer el ridículo ante los medios de comunicación.
Pero ya metido en arena, Luis Cáceres no reparó en gastos a la hora de dejar su propia imagen por los suelos. Así, llegó a reconocer que su partido había abandonado el Ayuntamiento dejando cuatro millones de euros de deuda, pero añadió que lo había dejado en una “situación económica envidiable”, demostrando el respeto que él y sobre todo su partido, el PSOE de Pedro I El Falso, tienen por el dinero público y por la ciudadanía en general. No es extraño, con personajes y filosofías como ésta, que cada vez que el PSOE ha gobernado en España, el país ha entrado en una profunda ruina: si es que a ellos los pufos, las deudas y las trampas les parecen auténticamente envidiables.
Y para culminar la antología del disparate, el propio Cáceres reconocía que, hoy por hoy, tras la modificación de la legislación que regula el delito de malversación de caudales públicos, todo para congraciarse con los independentistas golpistas de Juntos por Cataluña y Esquerra Republicana, ya no es delito usar mal el dinero público, salvo que sea en beneficio propio; y que él tiene constancia de que el actual alcalde de Pulpí no se ha beneficiado personalmente del caso que ayer mismo él denunciaba. Y si no hay ya malversación salvo que hay beneficio propio y en este caso se reconoce ya de entrada que no lo habido, querido señor Cáceres, ¿podría usted explicar para qué demonios nos convocó ayer? Muy agradecido.
