VÍDEO BLOG #Miedodequé?: El día del padre… y de las hijas de su madre, por Víctor J. Hernández Bru.
Lo que estos últimos años nos dejan en la vida social y política de este país es una capacidad de aguante y una adquisición de paciencia que yo, por ejemplo, jamás habría pensado que iba a adquirir. El habernos acostumbrado a que cada día es uno diferente el imbécil, el analfabeto o el sinvergüenza que sale a la palestra a atacar alguno de nuestros derechos más básicos, a insultarnos, a mostrar su más profundo desprecio por todo aquello que nos importa y que nos ha importando durante décadas y años, todo aquello que nos han transmitido nuestros padres y que ellos aprendieron de los suyos.
El domingo fue el Día del Padre y yo tuve la enorme suerte de celebrarlo con el mío, al que quiero mucho y del que ha aprendido la mayor parte de lo que sé; y también con mi hijo, que me adora como yo lo adoro a él y que me colmó de los regalos más valiosos y preciados que he recibido jamás.
Días antes, he tenido la poca fortuna de escuchar a una de esas individuas de la extrema izquierda, uno de esos seres repugnantes y miserables, de esa gentuza infame que creen que tienen derecho a atacar todo aquello por lo que hemos luchado y con lo que nos hemos formado por el mero hecho de cambiar las cosas y quedar de un moderno y de un rupturista que te rilas.
La tipeja en cuestión, educadora para más señas, le decía a los padres de los niños que éstos han dejado en sus manos, que este año no iban a celebrar el Día del Padre en su clase porque hay niños que no tienen padre, pero no porque se les haya muerto, sino porque hay familias con dos madres o con una sola madre.
He de confesar que mi primer impulso es ir al encuentro de este desecho humano e ir introduciéndole todos y cada uno de los regalos que este fin de semana me ha traído mi hijo con motivo de la celebración en cuestión, por donde a esta señora le amargan los pepinos, pero obviamente ello sería desperdiciar tanto cariño y tanta sensibilidad de mi hijo para una causa que no merecería la pena en absoluto.
Como siempre digo, cuando pasa algo, la responsabilidad es de quien hace que pase, por supuesto, faltaría más; pero también de quienes no hacen nada por evitar que pase.
Y aquí estamos, todos aquellos a los que si hace siete años nos llegan a decir que la celebración del Día del Padre iba a estar en entredicho, nos hubiéramos descojonado en la cara del autor de semejante majadería, pero que al llegar al momento de que esto se lleve a la realidad, no parece que estemos dispuestos a hacer nada.
Huelga intentar explicar a esta señora que el Día de la Bicicleta se celebra a pesar de que hay niños que no tienen bicicleta; que el Día del Agua se celebra a pesar de la sequía; que el Día de la Madre, por supuesto, se celebra a pesar de los huérfanos de madre; y que el Día de la Felicidad, que ha sido este lunes, se celebra aunque haya mendrugas como ella que nos tratan de amargar la existencia.
Y como no soy yo de los que se quedan con los brazos cruzados, el año que viene, cuando entre marzo, si uno sigue teniendo estas fuerzas que tengo ahora, en esRadio y en Radio Marca Almería comenzaremos una campaña promocional en la que les recordaremos a los padres que, con tiempo, pregunten en sus colegios si se va a celebrar el Día del Padre y, en caso contrario, en caso de que el centro en cuestión no quiera celebrarlo, se dirijan a sus respectivas Asociaciones de Padres para que sean éstas las que lo organicen.
Ha llegado la hora de que dejemos de contemplar cómo los bárbaros destruyen nuestra civilización.
