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VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Las grandes verdades de las subidas de sueldos mínimos, por Víctor J. Hernández Bru.

VÍDEO BLOG #Miedodequé Las grandes verdades

VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Las grandes verdades de las subidas de sueldos mínimos, por Víctor J. Hernández Bru.

El gobierno social comunista, ese órgano elefantiásico con más miembros, ministros, secretarios, subsecretarios y asesores con más volumen en la historia de esta democracia y que puede dar de comer a tanto chupóptero gracias a una presión impositiva digna de una república soviética, ha vuelto a subir el sueldo mínimo.

La buena noticia es que ello ha servido para q que, por fin, la patronal de los empresarios haya ofrecido sus primeras muestras de vida inteligente en años; y para que todas las organizaciones productivas sin excepción hayan salido a la palestra con datos y estudios, no fruto de sus experiencias al frente de la caja de un supermercado sino de los estudios económicos que llevan a cabo día a día sus expertos, para significar, por ejemplo, que esta nueva vuelta de tuerca va a costar, por ejemplo, más de 10.000 puestos de trabajo en el campo almeriense.

De lo que no cabe ninguna duda es del mérito que atesora este gobierno de tecnócratas de la supervivencia con recursos ajenos para colar como beneficiosas o al menos como inocuas las medidas que se están volviendo a cargar nuestra economía, como la izquierda ya lo hizo en los 90 con González y desde 2004 con el infausto Zapatero.

A la calle han salido, ufanos, los más cualificados y destacados sobadores de lomo del socialismo, para proclamar las bondades de estas ruinosas medidas económicas impulsadas por su señorito, a pesar de que el 100% de la población es más pobre que hace cuatro años, por la sencilla razón de que, como no puede ser de otra manera, son las subidas de los costes de producción, entre ellos los costes laborales, los responsables del incremento del coste de la vida y, por tanto, del Índice de Precios al Consumo. 

Algún genio de las redes lo ha explicado de manera sencilla: estoy feliz porque me han subido 50 euros el sueldo (dígase la pensión), aunque hace tres años pagaba 500 euros de alquiler y ahora 750 y antes gastaba 100 euros en comida y otros tantos en combustible y ahora esas cifras se elevan a 160 y 180 respectivamente.

Y mientras tanto, estas garrapatas del sistema, que viven de un sueldo público, como asesor, como concejal, como director de un chiringuito o como sindicalista liberado desde que eran chiquititos, dicen que de esta manera los que menos ganan estarán mejor, pero ocultan que de cada 100 euros de ingresos de una empresa por la venta de sus productos o servicios, más de la mitad se los embolsa hoy por hoy el estado, mientras que cada sueldo de 1.000 euros, el estado se lleva otros 800, con lo que lo que la empresa paga en realidad son 1.800 euros, aunque el trabajador sólo perciba 1.000.

Es normal que los paniaguados político-sindicales, los traseros agradecidos y cuadrados de tanto ocupar sillones de sueldo público, estén encantados de haberse conocido y de que sus señoritos no dejen de subir el sueldo mínimo, puesto que, en realidad, los grandes beneficiados no son los trabajadores que los cobran, sino ese elefantiásico aparato público que les regala sueldos, en muchos casos por no hacer absolutamente nada.

El otro día, un amigo empresario constataba en los micrófonos de esRadio que toda empresa que ve incrementados sus costes de producción, incluidos los laborales, sólo puede mantenerse a flote si es capaz de subir precios, cosa que no siempre es posible, pero que cuando lo es, contribuye a que la gente pague más por lo mismo y, por tanto, sea más pobre. Eso sí, en pocos años, nos veremos como en Venezuela, con sueldos de medio millón de euros, pero sin liquidez para comprar un paquete de rollos de papel higiénico.

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