VÍDEO BLOG #Miedodequé?: La manifestación de Madrid en contra de los que se inventan protocolos y luego dicen que son ellos quienes los han paralizado, por Víctor J. Hernández Bru.
Cientos de miles de españoles se han manifestado este domingo en Madrid contra las políticas de Pedro I El Falso y su gobierno social comunista. ¿Cuáles? Los argumentos son muchos. Todos, podríamos decir. Contra su política económica de ataque a la empresa y subsidio al vago, que convierte al Estado en la principal competencia para quienes quieren crear empleo; contra sus galopantes cifras inflación que intenta combatir con el mejor súper-alimento de la inflación: la subida de sueldos; contra su sumisión a los etarras y a los golpistas con la que alimenta el independentismo vasco y catalán; contra las corruptelas socialistas en Andalucía, Valencia y otros territorios, que trata de paliar rebajando las penas; contra sus políticas de género que condenan la igualdad ante la ley y arrojan nefastos resultados en cuanto a víctimas, mientras reduce penas a los verdugos; en fin, contra todas, ya digo.
Mientras, Pedro I El Falso se hacía rodear de amiguetes, como el día que se fue a jugar a la petanca con militantes socialistas disfrazados de ‘jubiletas’, para decirles que el medio millón de compatriotas que colapsaron el centro de Madrid contra él y contra ellos son lo mismo que los ‘indepes’ ‘kaleborrokos’ que le abuchearon a él y a sus socios golpistas en Barcelona y que están listos para volver a quemar las calles y todo lo que hay en ellas en cuanto ‘el gordo’, el pelucas o las de los ‘flequillos en hacha’ den la orden pertinente.
Y a su discurso añadía que la razón para seguir tirando a la basura el voto, es decir, para dárselo a él, es que PP y Vox no hagan de España lo que están haciendo en Castilla León, en un nuevo ‘engañabobos’ aplaudidos por quienes, en ése y en otros actos, tienen las manos libres porque sujetan el carné socialista con los dientes.
¿Y qué están haciendo PP y Vox en Castilla León? Pues están poniendo en práctica políticas de empleo y fortalecimiento a quien tiene que crearlo, es decir, a la empresa; mejorando las cifras económicas; implementando medidas para mejorar la salud de los sectores productivos y eliminando leyes que entorpecen el desarrollo emanado de ellos; y reduciendo el efecto de las leyes ‘garrapáticas’ del gobierno socialcomunista, entre otras cosas las que obstaculizan derechos como el de la presunción de inocencia o la igualdad ante la ley, también en materia de género.
La pasada semana, la torpeza del PP, el ‘frikismo’ de Vox y el afán manipulador de socialistas y comunistas lanzaron un misil tierra-aire al pacto de gobierno castellano-leonés, atentando contra un pacto que está funcionando y llevando a los castellanos y leoneses los beneficios de las políticas liberales y no ‘subvencionadoras’ de la vagancia y la inacción.
El motivo de la crisis fue si hay que mostrar a las madres que piensan en abortar el latido fetal de sus bebés. Si me preguntan, estoy absolutamente a favor de hacerlo, siempre y cuando la madre en cuestión esté dispuesta, aunque el motivo me parece una estupidez para poder romper un pacto de gobierno. Mientras, enfrente, el gobierno social-comunista exhibía su vocación golpista interfiriendo en el gobierno autónomo de la comunidad, con cartas en las que pretendía dirigir y acotar su acción de gobierno y condenando un protocolo de actuación del gobierno castellano-leonés que nunca existió. Una vez más, Pedro I El Falso y los suyos hacían honor a su apodo y volvían a quedar como lo que son, el gobierno más trolero de la historia. El jueves, al demostrarse que no existía tal protocolo, el mentiroso Félix Bolaños, el que fabricó este verano un decorado para engañarnos a propósito de unas supuestas obras del AVE que se demostró que en ese momento no existía, se atribuía a sí mismo el mérito de que no existiera un protocolo que jamás había existido.
Una vez más es evidente, para quien tenga ojos y mente abierta, que no son el medio millón de manifestantes del domingo en Madrid los que se parecen a los CDRs y a los golpistas catalanes, sino el gobierno del Partido Sanchista Trolero Español y Unidas Pirrakas quienes creen aquello tan típico de todas las dictaduras: ‘la ley soy yo’.
