VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Más de la coherencia de la izquierda: ahora ya no les asusta el #RodeaelCongreso, por Víctor J. Hernández Bru.
Anda muy atribulada la izquierda, en estos días, porque unos cuantos miles de ‘chalaos’ brasileños han demostrado que están ‘más para allá que para acá’ y, como no les ha gustado lo que ha salido de las urnas, se han plantado en el Congreso de Brasil y lo han asaltado.
Es el problema que tiene la sociedad de ‘cuñaos’ que hemos fabricado, donde todo el mundo se cree que sabe más que nadie sobre todo, con derecho a todo y sin obligación de respetar nada que no le guste respetar.
Y como siempre, la izquierda española ha sado una nueva lección de rigor, coherencia y seriedad intelectual, saliendo en tropel a dejarse la camisa como si hubieran visitado la jaula del tigre a base de rasgársela públicamente, invocando el respeto a la ley, a las libertades, a los derechos y a la tortilla con cebolla.
Es curioso lo de estos señores de la izquierda, comunistas, socialistas e independentistas ellos, siempre prestos y dispuestos a invocar el respeto a todo aquello en lo que ellos se ciscan con generosidad y naturalidad, siempre predicando con un ejemplo que nunca dan, permanentemente denunciando las pajas en ojos ajenos y tolerantes hasta la desvergüenza con las vigas en el propio.
Me ha dado más asco que vergüenza escuchar en estos días a la portavoz socialista Pilar Alegría, ese vademécum de incultura y faltas de ortografía; a la Barbie vicepresidenta, doña Rogelia; incluso al inefable Rufián, llorar desconsoladamente en nombre de la libertad y de la democracia en Brasil, cuando sus partidos políticos no dudaron, no hace un siglo ni una década, hace cuatro días, en proclamar la #AlertaAntifascista y el #RodeaelCongreso, por el mero hecho de que la ciudadanía española había elegido que nos gobernaran partidos que no eran ellos.
Ya no se acuerda, esta pandilla de caraduras y timadores de baja estofa, cuando fletaban autobuses hacia Sevilla para rodear el Parlamento de Andalucía, rompiendo mobiliario urbano y quemando contenedores; o cuando llegaron a rodear ‘de facto’ el Congreso de los Diputados.
Y tampoco se acuerdan, los muy hijos de mala madre, empezando por el natural de aquellas tierras, cuando proclamaron un referéndum de independencia ilegal o permitieron que los CDRs, los Comités en Defensa de una República que no existe, tomaron las calles de Barcelona haciendo campar y dominar el vandalismo, agrediendo a fuerzas de seguridad, quemando mobiliario urbano y reventando escaparates de comercios.
Ahora vienen a llorar porque unos miles de imbéciles han entrado en el parlamento de Brasil, los mismos que tiran de cerillas, piedras y cócteles Molotov cada vez que las urnas ponen de manifiesto lo que son: una panda de analfabetos que cada vez que tocan pelo convierten el territorio en una pura ruina económica.
