VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Sola y borracha, por Víctor J. Hernández Bru.
Si hay una característica que se impone sobre todas las demás en relación a este gobierno social-comunista es que cualquier tropelía, cualquier disparate, cualquier muestra del más absoluto de los ridículos es inmediatamente hecha olvidar por la siguiente a la voz de ¡ya!
Ayer nos debatíamos sobre la brutalidad de la metedura de pata de impulsar una ley que permita reducir penas e incluso poner en la calle a abusadores y delincuentes sexuales, así como sobre la idoneidad de mantener en el cargo a una ministra cuya cultura, preparación, experiencia y capacidad de gestión es muy similar a la de un NI-NI.
Hoy el debate ya no es ése: ahora la pregunta es, ¿qué ha de hacer Ireno Montera, qué escándalo tiene que protagonizar Ione Belarra, qué disparate ha de soltar Alberto Garzón para que Pedro I El Falso no ya los destituya, sino que les muestre públicamente el más mínimo reproche?
Pasan los meses, los años, avanza la legislatura y cada día es más evidente que no hay barbaridad que ningún miembro de la parte comunista del gobierno pueda cometer y que le vaya a costar el puesto.
Conviene recordar que este penúltimo escándalo ha venido a propósito de una ministra que hizo popular y defendió hasta la extenuación esta pequeña píldora de poesía romántica condensada en estas siete palabras: “Sola y borracha quiero llegar a casa”, en un inconfundible a la par que sensacional alarde y demostración del gradiente intelectual que desprende la personaje en cuestión.
Sinceramente, se están poniendo las cosas en un nivel que yo, si fuera doño Ireno empezaría a poner a prueba a Pedro I El Falso pero de verdad, con afrentas de esas ante las que la inquebrantable fidelidad se viera verdaderamente puesta a prueba; qué se yo, robarle el bocadillo a alguna de sus hijas, decir lo que piensa sobre el ‘out fit’ de su señora o echarle sal en el café, aprovechando uno de sus habituales descuidos.
No es extraño que ya haya gente que se pregunte, en las redes sociales, si lo de “sola y borracha” era sólo para “llegar a casa” o si incluía también ese plan a la hora de redactar leyes.