VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Nos están engañando con la Sanidad, por Víctor J. Hernández Bru.
Lo llevo diciendo tiempo y cada día lo tengo más claro: nos están engañando con la Sanidad. Es más, nos llevan engañando años, décadas. Y no; no me refiero a la ‘cutremanifa’ de Madrid, un teatrillo político pestilente encabezado por gentuza que se cura sus males en clínicas privadas mientras clama por la sanidad pública, un esperpento de ésos que se llevan a cabo sólo en comunidades en las que no gobiernan las izquierdas, donde se mezclan esos sindicatos mal llamados de clase que forman parte de la estructura de los partidos socialistas y comunistas, a pesar de que, por ejemplo, Madrid tenga más médicos por número de habitantes que comunidades como Cataluña, Valencia, Extremadura o Castilla La Mancha, todas ellas gobernadas por las izquierdas.
Y no, tampoco me refiero, o al menos no sólo me refiero a que la situación sanitaria que vivimos en este país sea consecuencia de una pésima planificación educativo-sanitaria, plasmada por ejemplo en nuestra tierra, en Andalucía, en Almería, donde el PSOE nos ha negado sistemáticamente una facultad de Medicina que hacía falta de manera prioritaria; donde el PSOE ha echado a patadas a los sanitarios pagándole menos que en el resto de España durante décadas, mientras que se daba en el gobierno y ahora se da en la oposición unos infames golpes de pecho por la sanidad pública, esa sanidad pública que maltrata inmisericordemente cada vez que toca el pelo del poder.
A lo que me refiero, al menos principalmente, cuando hablo de engaño sanitario es al sistema, a un sistema sanitario que en los 80 llamaban ‘estado del bienestar’ y que no es más que una gran mentira, porque se trata de un sistema insostenible, imposible, falso; un sistema en el que buena parte de lo que se promete no es posible cumplirlo, por la sencilla razón de que ni hay ni habrá nunca recursos suficientes para hacerlo.
Nadie lo dice, porque no es popular decirlo; nadie lo reconoce porque para un político sería sinónimo de condena popular reconocerlo, pero el sistema sanitario al que nos hemos acostumbrado no es posible, no es factible, lo cual justifica que nunca haya funcionado ni vaya a funcionar jamás.
Es muy bonito eso de decirle a todo el mundo, incluso a los que están fuera de nuestro ‘mundo’, a los que tienen la geta de venir a él simplemente para disfrutar de un sistema que en sus países no existe, que tiene derecho a cualquier tipo de atención sanitaria gratuita. Pero no porque no sea legítimo o romántico prometerlo, sino porque es imposible cumplirlo.
Porque para dar lo que este ‘estado del bienestar’ se ha comprometido a dar en materia sanitaria harían falta muchos más recursos de los que tenemos, mucho más dinero, muchos más profesionales, muchas más instalaciones de las que tenemos, de las que hemos tenido nunca.
Y la peor noticia es que esto va a ir a peor, porque cada día crecen más los dos grupos poblacionales que más atención sanitaria demandan y que menos pudor tienen a la hora de hacerlo: los inmigrantes y los mayores. ¿Es feo decirlo, verdad? ¡Exacto! Pero es real como la vida misma.
El sistema que nos hemos prometido entre todos es la suma de los servicios sanitarios que hoy por hoy se prestan, los que se dejan de prestar y los que acaban en interminables listas de espera. Pero para el político, incluso para el gestor, es mucho mejor seguir prometiéndolo, a pesar de que año tras año se compruebe que no es posible cumplirlo, que cada año es más difícil cumplirlo.
