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VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Queipo, la calle Largo Caballero y la vergüenza de que hayan conseguido engañar a casi todos, por Víctor J. Hernández Bru.

VÍDEO BLOG #Miedodequé Queipo

VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Queipo, la calle Largo Caballero y la vergüenza de que hayan conseguido engañar a casi todos, por Víctor J. Hernández Bru.

Leía ayer un titular en La Voz de Almería que me inquietó: ‘Queipo de Llano sí está en Almería’. Y no me extrañó. De hecho, más de uno ya me habían dicho que lo había visto tomándose un Americano en el Kiosko Amalia y otros lo han visto subiéndose a la noria de la Rambla. Sin embargo, leyendo el contenido de la información, supe que no, que a lo que se refería era a una placa antigua que identifica lo que antes era la calle que llevaba tal nombre, hoy calle La Reina.

Pero más allá de ese tipo de recursos, tan habituales ahora para conseguir el nuevo y postmoderno de las noticias, que es sumar ‘clics’ de Internet, lo sustantivo de esto es el logro conseguido por la izquierda, tras más de cuatro décadas de manipulación de conciencias flojas, de que ingentes masas de ignorantes piensen que lo normal es borrar cualquier recuerdo ni testimonio de todo lo que no sean ellos, mientras que se santifica cualquier resquicio de sus propios antecesores.

Y no, no nos engañemos: esto no va de borrar el rastro de quienes fueron malos o buenos; aquí el factor diferencial es el posesivo personal: ‘los nuestros’ y los que no lo son.

Así, al abajo firmante de la cosa ésta de Queipo de Llano le parece justo que Queipo de Llano, del que ahora está muy de moda hablar, especialmente por quienes no tienen ni repajolera idea ni de quién fue ni de lo que hizo en su vida, vea eliminada una placa en una calle que ya ni siquiera lleva tal nombre; pero en cambio le parece sensacional que un ladrón asesino como Francisco Largo Caballero, un tipejo que se autodenominaba ‘el Lenin español’ (qué grandes ídolos tenía el mamarracho), un miserable que no dudaba en amenazar a sus oponentes políticos y que, de hecho, solía cumplir sus amenazas y que fue uno de los responsables de que España cayese en la miseria, no sólo con sus políticas, sino también con el regalo de un porcentaje mayoritario del oro del Banco de España a la Unión Soviética, junto a Indalecio Prieto y al doctor Negrín, no sólo conserve la placa sino que incluso mantenga el nombre de una calle en la ciudad.

Una calle que, por supuesto, la Ley de Memoria Democrática no insta a retirar, pero que tampoco el gobierno del Partido Popular de la ciudad desde hace 19 años, ha decidido cambiar de denominación, que sería lo justo ante la miseria moral y política del personaje.

Como decía antes, el objetivo está conseguido: han logrado que un elevado porcentaje de la población acabe pensando que lo normal es que de Queipo, de Franco y de cualquiera que no sean ellos no quede ni rastro, pero que gentuza que fue primordial para que este país terminase destrozándose en una Guerra Civil, mantengan la vergüenza de tener una mención en el callejero de las ciudades.

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