VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Del transfuguismo a la más ridícula forma de mentir del senador socialista Martínez, por Víctor J. Hernández Bru.
He de reconocer que cada vez que la actualidad vuelve a poner en su primer plano el término ‘transfuga’, mi memoria se retrotrae a aquel momento mágico, hace más de una década, en el que el Paco Amizián abandonaba el salón de plenos de la Diputación, expulsado por el presidente, Pepe Añez, al grito de “Tránsfuga, tránsfuga”, mientras señalaba con el dedo índice a la propia presidencia.
El transfuguismo es el precedente del actual fascismo: un término que se vació de contenido hace tiempo y que se usa, desde hace mucho, de manera muy poco rigurosa.
En los últimos tiempos, el que más ha blandido el término como el niño pequeño y mimado que se lleva el balón a casa porque no le dejan meter goles ha sido el PSOE, que ante sus continuadas e imperiales derrotas en la provincia de Almería, ha tomado la costumbre de hablar de transfuguismo con una falta de rigor que, de no ser quienes son, escandalizaría.
El contexto del PSOE, tratándose del partido de la mentira, puesto que la política de izquierdas es en sí mismo una mentira, puesto que ningún político de izquierdas pone en práctica en su vida privada y de manera voluntaria sus postulados teóricos, hace que engañar, inventarse la realidad, sea la salida natural de cualquier proceso de reflexivo socialista, incluso cuando se trata de alguien con cierta claridad de ideas, como el senador Antonio Martínez.
Don Antonio ha comparecido esta semana para acusar de transfuguismo al PP, así, sin anestesia y sin ser capaz de citar ni un solo caso de transfuguismo de verdad en las filas populares, habida cuenta de que el significado que la RAE contempla del término es “tendencia a pasar de un partido político o un grupo parlamentario a otro”.
Habló, el señor Martínez, de casos de transfuguismo en Almería, Huércal de Almería, Roquetas, Tíjola o Dalías, pero en ninguno de esos municipios, ni en ningún otro almeriense, ha habido casos de cambio de partido en el presente mandato. En Almería, por ejemplo, dos concejales han abandonado sus partidos, tal y como contempla la ley, para pasar al grupo de no adscritos, uno de ellos partiendo de Vox y el otro de Podemos.
No estaría mal saber por qué don Antonio considera que el que ha salido de Vox es un tránsfuga y la que se ha marchado de Podemos no lo es; por qué el que ahora suele apoyar al PP en sus proposiciones lo es y la que suele votar bajo el mismo signo que el PSOE no. Bueno, en realidad la respuesta es evidente.
Pero mucho más flipante son sus alusiones a Dalías y a Tíjola. En Dalías, Martínez describe como transfuguismo el que su concejal número dos haya dado la alcaldía al PP, cuando en realidad debería preguntarse por qué sus propios ediles prefieren terminar votando a candidatos de otros partidos, dentro de un proceso en el que la mayoría de sus concejales se han marchado del grupo municipal y por tanto del gobierno.
Y lo más ‘chiripitifláutico’: Martínez, que es de Purchena, a escasos kilómetros de Tíjola, cita a esta localidad como un caso de transfuguismo en favor del PP y afirma que los populares han usado a tránsfugas para gobernar, cuando la cruda realidad es que… ¡¡¡en Tíjola no gobierna el PP!!!
Sinceramente, con esto último, queda todo dicho, la credibilidad de Antonio Martínez queda perfectamente descrita y el senador socialista se ha situado a sí mismo en posición de verse obligado a presentar su dimisión por mentir de la manera más ridícula, si es que conserva un mínimo de vergüenza.
