Radioblog #PaseoAbajo, «Era de los de dos paquetes de ducados al día», por Juan Torrijos.
Corrían las navidades del año 1982, los socialistas almerienses, como los del resto del país, estaban en éxtasis tras la victoria de Felipe, en cuanto a uno, subir los tres pisos de casa sin ascensor se hacían cada día más insufribles, pero se soportaban como se podía. Un tonto resfriado, hoy seguro que dirían que es Covi, me hizo que dejara el tabaco por unos días. Aquellos se convirtieron en semanas, estas en meses y acabamos en años.
Desde entonces, ni un “porrico”, oiga.
Cuando Zp decidió que los españoles tenían que dejar de fumar por “cojines”, me entraron ganas de volver al vicio. Solo por joder. Ya saben cómo es uno. Lo de llevar la contraria me pone. Conseguí convencerme, con la ayuda de mi santa de Terque, y sigo sin acercarme un cigarrillo a los labios. Eso sí, si se da una vuelta por casa, le espera un buen puro en el… Jordi, ¿cómo se llama donde se guardan los puros? Pues ahí lo tienen ustedes para quitarse la rabia contra estos prohibidores que nos ha tocado aguantar en la vida, y que de vez cuando nos trae, los puros, nuestro querido Jorge.
El gobierno se está pensando si nos deja fumar en las terrazas de los bares, manifestó que no lo iba a permitir, pero ahora parece que se lo está repensando de nuevo. Está deshojando la margarita.
¿Qué gobierno nos gobierna?
Y para colmo de alegrías han creados las playas libres de humo. Hay playas para nudistas, para perros, para tortugas moras, playas para los LGTB y no sé cuántas letras más, pero a los fumadores, ¡pobretes! que les den. Les pondrán la vacuna del mono. Dicen que es muy cara.
Lo cierto es que se han convertido en los apestados de este siglo, los leprosos de los tiempos de la biblia. Un fumador, ¡vade retro!
Y digo yo, no se podía poner, montar, crear playas para los fumadores. No tienen derecho los pobres míos a disfrutar de su vicio. Que los va a matar el tabaco, evidente, como matan los incendios por culpa del cambio climático, las hambrunas por el Putin de las narices, las pateras que cruzan el mar y las guerras que montan los señores políticos para los negocios de los fabricantes de armas. Pero contra eso no luchan los legisladores. Ellos lo único que quieren es prohibir que no te mate el humo del cigarrillo. Que lo hacen otras instancias, muérase usted en paz y con la bendición de su gobierno.
Alguien les ha debido llamar la atención, debe ser alguna gran empresa tabaquera, y han decidido que la prohibición de fumar en las playas se va a retrasar, no van a cambiar de opinión, eso nunca, buenos son ellos, lo están estudiando, pero siempre tendremos el permiso para hacerlo en los chiringuitos que hay en esas mismas playas. En el fondo son buenos chicos. El negocio de los chiringos va a ser de aurora boreal cuando llegue el verano que viene la prohibición. Si estás por la labor de echar un poco de humo a los pulmones, al chiringuito, cerveza al canto, cigarrillo a los labios y a pagar. Van a lograr estos políticos nuestros que no solo nos acerquemos a la muerte con el tabaco, sino que lo hagamos un poco más con la ingesta de alcohol en los chiringos. Pulmones negros, hígado graso y piel amarillenta.
Son tontos, de verdad, tontos y para siempre según Mota.
¿Cuándo nos vamos a poder librar de tanto imbécil como tenemos en la política?
Y yo sin fumarme ni un “porrico” en los últimos cincuenta años.
Esto no es vida, Jordi, que te lo digo yo.
