«¡Macaeleros: las canteras vuelven a ser del pueblo!».
Macael culmina la cuarta recreación histórica ‘Canteros y Caciques’, con un fin de semana de actividades culturales e históricas y un lleno de tres días en el municipio.
La cuarta recreación histórica de ‘Canteros y Caciques‘ ha vuelto a ser un rotundo éxito, tras el paréntesis motivado por la pandemia. Desde el viernes y hasta el domingo, el municipio ha salido a la calle y ha multiplicado su población, para rememorar unos hechos acaecidos en el largo período histórico comprendido entre los años 1919 y 1947, es decir, entre la época de la Restauración en su tramo final y la primera década del franquismo.
Los hechos que cada año recrea este ‘Canteros y Caciques‘ resume casi tres décadas que enmarcan la lucha de los canteros de la zona por recuperar la explotación de la piedra natural, en el conocido como ‘Pleito de las Canteras’, que tras haberse perdido la explotación comunal de las mismas por parte de los canteros locales, les devolvió su uso 28 años después de haberlo perdido.
Fueron años de luchas, de enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los propios canteros, varias de cuyas generaciones no se resignaron a perder el derecho de ser ellos quienes trabajaran las canteras, derecho que les había sido privado, en beneficio de los caciques.
Ahora, desde hace cuatro ediciones, el Ayuntamiento de Macael y diversas asociaciones se unen cada año en un arduo trabajo para reproducir las escenas más características y relevantes de aquellas décadas, con decenas de vecinos convertidos en actores que ensayan durante meses para desempeñar sus papeles, repetidos en cada caso año tras año, en un pequeño ‘pueblo’ de Macael recreado también con detalle y espero, con sus tabernas y cantinas, iglesia y ayuntamiento, puestos y comercios y, por supuesto, una cantera artificialmente creada y que queda en exposición durante todo el año.
El alcalde de la época, don Maxi Martínez, culminó ayer, rodeado por la Guardia Civil (el alcalde actual y varios de sus concejales), la recreación, anunciando a los vecinos, muchos de ellos también caracterizados de época, el regreso del derecho de explotación a los canteros locales, incluyendo una coplilla acompañada de guitarra, para deleite de todos los presentes.