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Otro debate para el wáter

Blog «Otro debate para el wáter», por Antonio Felipe Rubio

Mucho ha llovido desde aquel debate televisivo entre Nixon y JFK. El debate fue histórico por utilizar un nuevo medio que aportaba la magia de la imagen y el sonido. Hasta esa fecha (1960),  los espectadores sólo conocían el mensaje personal que cada candidato aportaba en los mítines, quedando el debate para escasas y muy escogidas emisiones radiofónicas, que se reducían al ámbito de las primarias. El origen del cara a cara (face to face) se gestó en la Universidad de Maryland gracias a un inquieto estudiante del Campus que se hartó de enviar la convocatoria al entorno de los convocados: Stevenson y Eisenhower. El resultado fue negativo, pero abrió el camino para que las grandes cadenas obligaran a los candidatos a rendir el derecho democrático que demandaba la audiencia.

Nixon y Kennedy compitieron ante las cámaras en un debate que no se puede calificar de ejemplar. Tan sólo un par de admoniciones incómodas que lanzó JFK bastaron para que Nixon comenzara a gesticular removiéndose en el sillón, y lo peor, un primer plano en el que se le podía apreciar una nerviosa sudoración que transmitía el vértigo del perdedor. Por el contrario, Kennedy hacía gala de un aspecto jovial, ligeramente bronceado y exento de brillos delatores de nerviosismo e incomodidad. El pueblo americano descubrió el efectismo y se dejó seducir por la imagen y la comunicación corporal. Ya nadie se centraba en el mensaje. Los comentarios frente a la TV se referían a Nixon como ese niño que descubren robando unas manzanas o el sudor frio de un marido infiel pillado in fraganti.

Ahora, en los multitudinarios debates, es muy importante la indumentaria, el color de los decorados, el tiro de cámara, la temperatura en el plató, peluquería, maquillaje e innumerables exigencias similares a las de una extravagante estrella del rock. La incomodidad ante una pregunta inquietante ya no es problema; simplemente, se pasa del tema, se hacen oídos sordos y, como decía aquel: yo he venido aquí a hablar de mi libro.

¿Qué me pareció el debate a seis en TVE? Pues que todos y todas estuvieron muy guapos y muy guapas. No hubo nada que aportar como innovador. Ninguna propuesta para generar ilusión. Poca incomodidad ante las promesas incumplidas. En definitiva, un poco más de nada. Sólo cabe esperar un posible cara a cara, aunque si algo sobró en algunos y algunas fue eso, mucha cara.

 pero ahora

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Redacción

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