VÍDEO BLOG #Miedodequé?: El tiempo nuevo del PP que todos querían y nadie se atrevía a reclamar, por Víctor J. Hernández Bru.
Un dirigente del PP de Almería me comentaba el viernes, tras el estallido del PP, que la consecuencia de lo que había pasado iba a ser positiva para el PP: “Nos los quitamos de en medio, Feijoó de presidente y Ayuso a las elecciones”.
No ha sido el único cargo popular con el que he dialogado en privado en estos días y, de todos ellos, no ha habido absolutamente ninguno que haya mostrado la más mínima comprensión, ni siquiera compasión, para con la pareja formada por Pablo Casado y Teodoro García Egea.
Sin embargo, hasta la tarde de ayer, salvo Ramón Herrera que se posicionó acaso demasiado pronto del bando ‘casadista’, ningún militante o dirigente popular se había posicionado de ninguna manera y no fue hasta que la balanza apareció claramente decantada cuando comenzaron las tomas de posesión.
Es, más que del PP, un perfecto reflejo de aquello en lo que hoy por hoy se ha convertido la política, la sublimación de aquella frase de Alfonso Guerra de “el que se mueve no sale en la foto”.
En todo caso, es positivo que el Partido Popular se hubiera percatado de que Casado y García Egea suponían una locomotora que conducía al tren popular directamente hacia el precipicio, aunque no lo es tanto el que hasta que ellos mismos no decidieron jugar a la ruleta rusa con la bala de Díaz Ayuso, nadie hubiera sido capaz de alzar la voz en el partido.
Ahora, el PP inicia un nuevo tiempo, no tanto debido a la acción de la masa crítica de la formación sino por el suicidio de sus propios líderes, obstinados hasta el final en el desconocimiento de su propia fuerza, como demuestra esa ‘boutade’ de Teodoro de “no dimito porque no me sale de las pelotas”, cuando en realidad que dimitiera o no, no era algo relevante, ya que en realidad ya estaba dimitido de manera formal.
Es aquello del muerto que no sabe que lo está y se empeña en continuar con su vida. La vida que se prolonga más allá de la muerte es la de un partido que ha sobrevivido a una cadena de errores casi insuperable, que se ha prolongado más allá del detalle de la pérdida en elecciones, de la supremacía nacional del PSOE, del mantenimiento de un gobierno cuya política es un constante atentado contra la ciudadanía y del enfrentamiento permanente más contra sus congéneres ideológicos que contra sus rivales políticos.
El PP ha vuelto a nacer y ahora ha de poner todo el empeño en regenerar los tejidos que han quedado seriamente dañados tras el brutal accidente, con Casado y Teodoro a los mandos del automóvil. Feijoó parece un buen piloto, pero desde luego ha de ser el partido el que controle el rumbo porque, seguramente, no haya margen para más errores. Ya lo de reclamar capacidad autocrítica interna… eso lo vamos a dejar para otra vida.
