BLOG #ElMejorApaño: “PARTIDOS ATRÁPALO-TODO”, por Antonio Jesús Hidalgo
Un adjetivo que utiliza a menudo algún sector doctrinal en ciencia política para calificar a los grandes partidos surgidos en el último cuarto de finales del pasado siglo, es el de “atrápalo-todo”, en cuanto a su modelo ideológico/social. Es decir, consideran los estudiosos que estas formaciones están supuestamente desprendidas de tendencias ideológicas, llevando en el ADN el capitalismo como forma económica y un sistema democrático en cuanto su forma político/administrativa; dejando cierto margen de “juego” a los idearios doctrinales.
En ese marco político diseñado por nuestra carta magna hace 43 años, se han venido alternando en el poder PP y Psoe, tanto en el ejecutivo central, como autonómico y local. Pudiéndose identificar ideológicamente hablando, como de centro-derecha y centro-izquierda respectivamente, luego compartiendo un espacio electoral común y unos pilares fundamentales consagrados en la Constitución; como son el mantenimiento de la división de poderes, el desarrollo armónico del Estado Autonómico, la defensa de las instituciones fundamentales del Estado (Corona…), la protección de la integridad territorial…etc., bajo un elenco de derechos fundamentales y libertades públicas, básicas en cualquier sociedad libre.
Con estas premisas o marco jurídico inequívoco y unos representantes políticos coherentes y consecuentes, la gestión pública en nuestro país debería desarrollarse sin demasiada incertidumbre, con independencia del color ideológico que maneje los hilos del poder. El problema viene cuando nos encontramos con cargos electos que por ostentar el poder son capaces de cualquier cosa, con independencia de la ideología, saltándose cualquier norma (incluso la propia Constitución) o sin tener en cuenta las consecuencias de sus decisiones; llevando al extremo esa concepción de gobernar a cualquier precio y con cualquiera, abandonando ideario y doctrina.
En nuestra corta, pero intensa experiencia democrática, habíamos asistido a situaciones absurdas; políticos de izquierdas en procesiones y actos religiosos, no sólo como asistentes por protocolo sino por manifestación de creencias personales, lo cual es muy respetable, precisamente por lo comentado anteriormente (la relajación ideológica). En el ámbito municipal, a veces resultan más agudas esas experiencias; yo personalmente he sido testigo del traslado en coche de caballos desde su residencia a la plaza de toros, acompañados de una banda de música, de un alcalde socialista del poniente junto a su cónyuge, al más propio estilo de gobernantes del pasado régimen.
Ahora, con este presidente que ha convertido la Moncloa en un gran teatro escénico, donde tienen lugar las mejores representaciones, llevadas a cabo por los mejores actores de la esfera política, tengo clarísimo que no nos vamos a cansar de ver comedias especialmente graciosas. La última la vicepresidenta comunista Yolanda Díaz, visitando y alabando la figura del Santo Padre (Francisco I). ¿Comunista y Católica?