VÍDEO BLOG #Miedodequé?: La vergüenza de la visita de Bolaños al AVE: decorados postizos para engañar, como los que le montaban al zar Pedro I El Grande, por Víctor J. Hernández Bru.
El principal objetivo de este #VideoBlog es instar a todo el que quiera paladear un poco de ‘verdad’ y sobre todo a quienes tengan alguna duda de que la piedra filosofal sobre la que descansa la actual estrategia del PSOE es la mentira, a que acudan sin miedo a la Rambla de Quintana.
¿Qué es la Rambla de Quintana o del Muerto? Pues es, ni más ni menos que el paraje cercano a la Venta del Pobre, en el que el Gobierno de España nos citó hace dos semanas a los periodistas, el mismo sitio en el que nos había convocado un año antes, para observar la evolución de las obras del AVE, o para ser más exacto, para constatar su ‘no evolución’, ya que, si después de un año te vuelven a citar un año después en el mismo lugar, es evidente que la cosa no ha avanzado mucho.
El motivo de la visita era sacarle brillo al recién nombrado ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños que, por cierto, preguntado por la extraña designación recaída en él para visitar unas obras, más propias del Ministerio de Transportes e Infraestructuras, lo justificó con el simple hecho de que a él le gusta mucho Almería. No consta que posteriormente se fumara un puro.
Pues bien, en aquella visita, los periodistas que allí estuvieron pudieron comprobar que el lugar había sido adornado con algunas casetas de obra, unos cuantos tractores que no se movieron de su sitio en toda la mañana y algunos individuos con apariencia de obreros, que tampoco dieron un palo a un charco mientras allí se mantuvo la comitiva.
En fin, alguien podría decir que tampoco iban a estar todos trabajando, ni mucho menos durante la visita de la prensa, no fuera a ser que alguien pensara que, efectivamente, allí se ejercía labor alguna. El caso es que, entre el lugar de la visita, coincidente con el de un año antes, y el aspecto de parálisis general de la escena, así como la contradicción del ministro que dijo que no se habían llegado a paralizar las obras, mientras que sus representantes en Almería habían dado todo tipo de excusas para la paralización en las semanas anteriores, allí quien más, quien menos, se marchó con la idea de que algo olía a podrido en Dinamarca.
¡Bingo! Ha tenido que ser el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Níjar, cuyo término municipal alberga tan rebuscado lugar, quien ha acudido esta semana a comprobar qué queda de aquel despliegue de personas y máquinas. ¿Y sabéis qué? Pues que de todo aquello no queda nada: ya no hay máquinas impolutas ni manchadas, no queda ni una caseta de obra y, por supuesto, no hay ni un gato sosteniendo herramientas y útiles de construcción alguno.
Todo ha sido un timo, una pantomima, una gran mentira, una más, del PSOE. Cuenta la historia que, cuando Pedro I El Grande, zar de Rusia perteneciente a la familia Romanov, visitaba una zona en la que se aseguraban reformas y obras sin estar hechas, le montaban decorados para que él quedara satisfecho. Han pasado tres siglos desde aquellos episodios, pero no cabe duda de que el Partido Socialista no deja pasar ni una sola oportunidad para recuperar los peores comportamientos de la historia universal.
Eso sí, en este caso, los decorados los pagamos los mismos a los que se intenta engañar, es decir, nosotros los contribuyentes.
