VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Teresa Rodríguez, la mujer en Andalucía y en Afganistán y la cara dura ésa tan típica del comunismo, por Víctor J. Hernández Bru.
Seguramente será que agosto y la ola de calor reblandecen las neuronas, pero la realidad es que llevamos una semana que bien podría haberse declarado internacional de la ‘gilipolluá’ o bien instaurar en ella el concurso mundial de ‘tontolabas’ en busca de protagonismo a costa de su imagen pública.
Si ayer os hablaba de Celia Blanco, esa señora giliprogre preocupada por si acaso sus hijos la desean sexualmente, hoy ésta le cede amablemente el espacio en este humilde #VideoBlog a otra que no sólo no tiene absolutamente nada que envidiarle en el ránking del ‘tontolnabismo’ y el feminazismo más recalcitrante.
Que Teresa Rodríguez, aquella chica delgadita que entró en política siendo un suspiro y ahora pide a gritos el ensanche de la puerta de su despacho, tras haberse comido medio Cádiz y bebido el Guadalete, haya llegado a representar en Andalucía a una fuerza política denota el grado de imbecilidad de una parte de la izquierda andaluza, pequeña parte, pero suficiente como para que esta vividora se haya subido al tren de vida de los marqueses a costa de los impuestos de sus paisanos de Al-Andalus, al igual que hace su esposo, ‘er Kichi’, a costa de los gaditanos.
Este ejemplo máximo de la filosofía comunista de ‘haced lo que yo diga, pero no hagáis lo que yo haga’, crítica con la casta pero vividora a tutiplén hasta donde le dejan, ha mostrado siempre esa falta de rigor y coherencia tan típica del comunismo y hay que reconocerle que lo muestra en todo, en todos los ámbitos de su vida y en cualquier segmento del que se mete a opinar como el ‘maestro Liendre’, que de todo sabe pero de nada entiende.
Feminista de salón de las de toda la vida en la izquierda, censora de cualquier comportamiento que suponga que una mujer exhiba libremente su cuerpo, por entender que ello supone una cosificación de lo femenino, no se le ha oído jamás un reproche contra la condena en vida que sufren las mujeres islámicas, desde el burka hasta el hiyab: para este esperpento, exhibirte en bikini a la salida de una carrera de motos degrada a la mujer, pero ir metida en un saco toda la vida, tener que pedir permiso para salir a la calle o abandonar obligatoriamente estudios y trabajo es algo ‘chupiguay’ y de un respeto a la figura de la mujer que te rilas.
Ahora, la muy inútil, ha salido a la palestra para afirmar que lo que les pasa a algunos con Afganistán es que son islamófobos y racistas y para comparar la situación de la mujer en aquel país con la de las mujeres en Andalucía.
Claro está que, viendo lo que estamos viendo en estos días procedente de Afganistán, tras el regreso al poder de los talibanes, uno podría pensar que esta señora o está mal de la cabeza o no sabe dónde tiene la mano derecha. Pero no, no os engañéis: lo que le pasa a Teresa Rodríguez, como a todos los comunistas, es una mezcla entre la más rotunda ausencia de vergüenza y el convencimiento de que somos todos profundamente gilipollas.
