VÍDEO BLOG #Miedodequé?: La ‘matria’, los ‘mamilomas’ y las ‘mamadas’, por Víctor J. Hernández Bru.
Tengo más que constatado que, cuando alguien es un completo inútil en su quehacer, un cero a la izquierda en su desempeño profesional, cuando uno no vale ni para estar escondido en aquello para lo que se supone que le pagan, hay dos tipos de personas: las que lo asumen y las que intentan disimular haciendo otras cosas, generalmente absurdas e inservibles, pero con las que intenta hacerle el lío a quien se deja.
Es el caso de la izquierda en general y la izquierda de este país en particular, que como ideología política ha dado ya sobradas muestras de su inutilidad más rotunda e incuestionable, pero que lleva ya dos siglos, por la vía del socialismo y el comunismo, arrogándose determinadas causas que nada tienen que ver con su estructura formal e ideológica, pero con las que ha conseguido perpetuarse gracias al porcentaje de imbéciles por metro cuadrado que le compran su mercancía averiada.
Entre las causas que ha acogido en sus senos la izquierda, sin que nada tengan que ver con sus postulados reales y verdaderos, pero con la connivencia de una derecha torpe y que se ha dejado comer todos esos bocadillos, está la defensa de la mujer cuando ha sido la izquierda la que más ha legislado en contra del género femenino en este país (recuérdese la lucha por evitar el voto femenino, en los albores de la Segunda República), la defensa de la homosexualidad (téngase el cuenta lo que les hicieron a los homosexuales las dictaduras comunistas, entre ellas esta que está tan de moda ahora, la de Cuba con su Che Guevara a la cabeza) o también la defensa de los pobres, cuando los comunistas han sido quienes más los han empobrecido y se han enriquecido a su costa a lo largo de la historia.
En esto de la defensa de lo femenino, ya digo, más falsa en el caso del comunismo que un duro de hojalata, merece capítulo aparte la ‘gilipolluá’ ésa del lenguaje inclusivo, con algunas de las más notables estupideces que se han conocido últimamente, entre las que ocupa lugar destacado lo del ‘todos, todas y todes’ (incluso sin necesidad del ‘todes’).
Pero como quiera que otra de las características de los social-comunistas es su inefable e incontrovertible capacidad de superarse en la tontuna, la ministra de Trabajo, esa señora que no ha trabajado nunca y cuyo récord es la mayor destrucción de puestos de trabajo bajo su mandato, ha elevado el grado de simpleza algunos grados más, queriendo convertir en femenina la etimología de los términos.
Así, ha propuesto, esta analfabeta con cartera, que la patria pase a llamarse ‘matria’, mal-yendo a alguna novelista roja descarriada y malinterpretando a los clásicos de la vieja Roma.
Eso sí, es evidente que si la patria ha de pasar a llamarse ahora, según la hija del capo sincical gallego Suso Díaz, ‘matria’, entiendo que los ‘papilomas’ que se nos manifiestan en las plantas de los pies sobre todo en verano se llamarán ‘mamilomas’. En lo que me cabe duda es cómo habrán de llamarse, según la ministra Ni-Ni, esas protuberancias adiposas y ‘michelínicas’ que se nos asoman, sobre todo cumplidas ciertas edades, por debajo de la barbilla. Hasta ahora, los habíamos llamado ‘papadas’, pero quizás ahora pasen a denominarse de manera parecida a lo que algún miembro del gobierno ha practicado sin empacho hasta llegara lo que ha llegado.
