VÍDEO BLOG #Miedodequé?: Soy empresario y estos dirigentes de la patronal han dejado de representarme, por Víctor J. Hernández Bru.
El mismo Pedro Sánchez que en 2019 aseguraba que si él gobernaba no habría jamás indultos y que traería de vuelta a Puigdemont para juzgarlo por sus delitos, los mismos delitos que llevaron a la cárcel a sus compañeros de rebelión, ahora anda convenciendo a los sinvergüenzas, trincones y vendidos de que era broma, de que lo mejor para todos los españoles es que hagamos como si nada, como si los que dieron un golpe de estado, convocaron un referéndum ilegal, declararon la independencia de Cataluña y además trincaron a manos llenas son todos muy buena gente y lo mejor que podemos hacer con ellos es perdonarlos.
Más allá de que el indulto a estos golfos no es más que la subversión de la ley y una invitación a que todos nos la saltemos también, Sánchez y su maquiavélico jefe de gabinete están empeñados en convencer a quien se deje, para echarle encima una losa de hormigón armado a aquello de Antonio Machado de que “la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero”.
Una verdad en la que todo el que no se declaraba indepe en 2019 estaba de acuerdo, incluyendo éstos que ahora pagan en forma de medallas para que otros cambien de opinión como cambian ellos.
El caso más flagrante, más vergonzoso, ha sido el de Antonio Garamendi, presidente de la Confederación de Empresarios COE, que tras recibir una condecoración del gobierno de Pedro I El Falso, en silencio y a escondidas para que no cantase la Traviatta, ha completado el giro copernicano y ha declarado que sí, que lo mejor es pasar página y hacer como si aquí no hubiera pasado nada.
Es grave no, gravísimo, el hecho de que el presidente de los empresarios de España defienda los indultos, defienda que quien ha infringido la ley y ni siquiera se ha arrepentido de ello no cumpla la pena que le corresponda; es más grave aún que diga esto cuando antes dijo justo lo contrario; pero lo más grave, lo intolerable es que esto lo diga como representante del empresariado de toda España y además después de haber recibido una condecoración gubernamental.
Sí, sí: ya sé que luego ha dicho que no, que también era broma, que no quería decir que la COE apoye los indultos, pero esto también lo ha manifestado porque ha observado que la reacción ante su torpeza y falta de decoro no ha sido el ‘me da igual’ por parte de la ciudadanía, sino que los de a pie, empresarios incluidos, hemos contestado que este señor no está ni para presidir el club de mus de su pueblo.
Garamendi debería presentar inmediatamente su dimisión, por sinvergüenza, por miserable, por falsario, por pelota y también por haber traicionado a la inmensa mayoría del colectivo que representa, sin que como atenuante nos valga su posterior rectificación.
Yo, desde luego, jamás volveré a colaborar con ninguna organización empresarial que tenga relación con nada en lo que intervenga este sujeto. Al final, va a tener razón Federico: todos éstos no son más que una cuadrilla de sobadores de lomo que viven como reyes a costa del colectivo al que representan; al final, no son muy diferentes de los sindicatos, cuya política, señor Garamendi, es la que lleva a cabo este gobierno social-comunista cuyos indultos usted sí apoyó.
