#BLOGElRompeolas: “OKUPAS Y ESPADISTAS EN LA ALCAZABA“, por Jose Fernández.
De un tiempo a esta parte, coincidiendo más o menos con la reciente victoria del sector espadista del PSOE (convendría instar a los seguidores de Juan Espadas a que cambien con urgencia de denominación, a no ser que quieran ser recordados como los que forzaban las cerraduras de las casas) la actividad de los socialistas en el Ayuntamiento se ha multiplicado, quizás para demostrar a los susanistas almerienses -los vencedores provinciales del duelo a muerte en el corral del cao- que suyo es el reino y suyo es el poder y la gloria. Para ello están empleando una estrategia muy sencilla: rastrean en las redes la actividad del equipo de gobierno y luego van allí a decir que en realidad todo está mal y que todo es pésimo.
Allá ellas y ellos con sus movidas y sus planificaciones, pero no es de eso de lo que quería hablarles hoy. Mi interés se centra en la devaluación de la hemeroteca como referencia de autoridad en lo político y hasta en lo periodístico. La hemeroteca ha dejado de ser, como en su día lo fue la poesía, un arma cargada de futuro. Desde que nos gobiernan caraduras patológicos que mienten de manera sistemática, presentar lo dicho o declarado como elemento de contraste o ponderación carece de sentido. Con un gobierno que otorga un uso meramente higiénico al papel de la hemeroteca, recordar lo que se decía o pasaba hace un tiempo no importa nada en absoluto. Hoy día, lo que se hace o anuncia en España contradice frecuentemente lo hecho o anunciado ayer, sin que ello pase factura o penalice al desvergonzado que así actúa. Por lo tanto consideren los próximos párrafos como un ejercicio melancólico e irrelevante. Pero no se lo pierdan.
Denuncia el PSOE que los alrededores de la Alcazaba están muy sucios y que eso da mala imagen a los turistas. Todo por los turistas, como Paco Martínez Soria. En todo caso, la denuncia es la consecuencia de la presentación por parte del Ayuntamiento del plan de transformación de La Hoya en un gran jardín mediterráneo que unirá la zona de reserva de animales con los accesos nuevos que ya se han estrenado. Se va a convertir toda esa zona, tradicional escombrera y aparcamiento semiclandestino entre San Cristóbal y La Alcazaba, en un punto de encuentro y paseo que conectará con la remozada Plaza Vieja para formar un eje transformador del Casco Histórico. Una zona históricamente degradada y olvidada que poco a poco se va integrando en la ciudad, aunque a los señores del PSOE, que gobernaron el Ayuntamiento durante dos décadas sin hacer nada allí, estén ahora molestos y hayan salido del despacho a buscar suciedad. Pero recuerden que estábamos hablando de la hemeroteca.
LA VOZ DE ALMERIA publica una interesante sección diaria que recoge la portada de ese día de hace diez y veinte años respectivamente. Ver lo que se hacía, decía o prometía en Almería hace una o dos décadas es la mejor manera de dar la razón al poeta francés Paul Valéry cuando escribió eso de que el futuro ya no es lo que era. Pues bien, coincidiendo con las denuncias socialistas de mala imagen en los accesos de La Alcazaba, la hemeroteca del periódico recupera la portada del 21 de junio de 2001, hace ahora justo 20 años, en la que podemos leer este titular: «El torreón de La Alcazaba deja de estar ocupado”. La noticia hace referencia a la feliz resolución de un caso de ocupación de uno de los torreones de la muralla de San Cristóbal, con casi mil años de historia, que por increíble que parezca estaba siendo usado como vivienda particular por un intrépido que no sólo había puesto una puerta con cadena y candado, sino que además lo había amueblado con un tresillo y otros enseres. Una situación de hogar, dulce hogar, que se prolongó algunos meses ante la pasividad de las autoridades competentes. Y quizás se sorprendan si les recuerdo que en ese momento La Alcazaba estaba gestionada por la Junta de Andalucía presidida por el socialista Manuel Chaves y que el Ayuntamiento también era gobernado por el alcalde socialista Martínez Cabrejas. Vaya por Dios. La conjunción planetaria de la decencia, la transparencia, la eficacia, el progresismo y la limpieza (la resiliencia aún no había sido inventada) demostrando su interés por el conjunto histórico y monumental dejando que los torreones fueran usados como residencia particular por lo mejor del perroflautismo local. Bueno, pues veinte años después, los socialistas reaccionan al plan de reforma del entorno diciendo que hay mucha suciedad y que eso da mala imagen a los turistas. Hay que ver cómo hemos empeorado, porque no hay nada más turístico ni que proyecte mejor imagen que ver los torreones de la fortaleza árabe más grande de Europa convertida en comuna. Eso sí que nos daría una sensacional imagen turística. Y en todo caso, si vuelven a poner una puerta con candado en un torreón no hay problema: se llama a un espadista y asunto resuelto.
