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#BlogElRompeolas: “EL SUSANATO HA MUERTO. VIVA EL SUSANATO ”

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#BLOGElRompeolas: ,”EL SUSANATO HA MUERTO. VIVA EL SUSANATO” por Jose Fernández.

Yo no sé si cuando Susana Díaz se despertó ayer domingo había soñado que atravesaba un bosque bajo una suave llovizna, igual que soñó Santiago Nasar la noche antes de que lo matasen, como contaba García Márquez en la crónica de esa muerte anunciada que le acabó llevando a Estocolmo a recibir el Nobel vestido de cafetero. Lo cierto es que Susana se despertó el pasado domingo siendo víspera de sí misma y se acostó desmaquillada de futuro. Desde esa misma noche, los minaretes mediáticos del sanchismo insisten en proclamar el fin del susanato y el advenimiento en toda Andalucía de una nueva etapa política bajo el auspicio de Pedro Sánchez, el embustero patológico que ni olvida ni perdona a nadie, salvo a él mismo. Tiempo habrá para valorar la figura de Juan Espadas como aparcero del sanchismo en el latifundio del voto socialista, pero creo que lo pertinente ahora es valorar el magnífico resultado que Susana Díaz ha obtenido entre los socialistas andaluces.

Este hecho (lean “Susana Díaz se impone con claridad en Almería” de Simón Ruiz en las páginas de La Voz de Almería) explica bien la raíz de la condición humana del socialismo almeriense en décadas: el apego canino a quien parte y reparte. El PSOE ha manejado Almería desde el desdén y aupado en una incomprensible estrategia de incumplimientos y retrasos, apoyándose para ello en una coral de mediocres a sueldo, incapaces de poner los intereses de los almerienses por encima de los del partido. Ningún incumplimiento o retraso ha llevado a los socialistas a ponerse del lado de los almerienses. Jamás. El máximo riesgo que corrieron fue sobar los lomos de sus señoritos de Sevilla con un entusiasmo cercano a la erosión cutánea. Muy valientes y valientas.

Pero eso es historia. Desde el domingo por la noche se ha acabado en el PSOE andaluz el férreo dominio del aparato que ejercía Susana Díaz, que se va a cambiar por el obsesivo control que ya venía marcando Pedro Sánchez desde la Delegación del Gobierno en Andalucía, que quizás debería cambiar lo de “delegación” por “prolongación”. Y mientras se prepara la purga de las direcciones provinciales y Juan Espadas se va despidiendo de la alcaldía de Sevilla para ir preparando el terreno de cara a las próximas elecciones, conviene no perder de vista que el legado del susanato que ahora dicen que se ha terminado es inexistente en cuestión de infraestructuras y servicio público y deprimente en cuanto a la ética. Además de la continuación y ocultación del sistema corrupto y fraudulento de gobierno de la Junta de Andalucía que ha acabado con sus dos predecesores condenados en los tribunales, Susana Díaz apenas ha pisado Almería como presidenta de la Junta, ha incumplido o retrasado todos los proyectos de titularidad autonómica y ha contribuido a extender entre los almerienses un clima de rechazo a una Andalucía percibida como una prolongación más del PSOE bajo bandera verdiblanca.

Y es que el susanato no era más que una sucesión de catástrofes encadenadas: la Andalucía del compadreo y el robo, la que era incapaz de terminar a tiempo las autovías y los hospitales, la del enchufismo de partido, la de las putas y la coca, la del despilfarro, la propaganda y el autobombo constante, la del extenuante centralismo sevillano, la del desdén por la periferia, la que era incapaz de crear empleo y atraer inversión… en definitiva, la Andalucía del retraso y el fracaso. Esa es la Andalucía que representa Susana Díaz.

Pues bien, eso ha sido lo que han apoyado mayoritariamente los socialistas almerienses. No tienen remedio.

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