VÍDEO BLOG #Miedodequé?: De la abstención de Huércal Overa al voto en contra de Níjar: el Trasvase Tajo-Segura, el PSOE y los ‘orines’ públicos, por Víctor J. Hernández Bru.
Escandalizado por la falta de personalidad, la nula implicación con sus votantes y ciudadanos y el entreguismo a unos jefes que no le tienen ningún respeto a esta tierra almeriense, el pasado viernes entrevisté al alcalde de Huércal Overa, para constatar si era cierto aquello de que el Partido Socialista se abstuvo en el pleno del consistorio y ante una moción que instaba a solicitar al gobierno de Pedro I El Falso que no le meta mano al Trasvase Tajo-Segura, disminuyendo su caudal y perjudicando claramente a los agricultores y empresas agrícolas del Sureste Español, incluyendo a las de la propia Huércal Overa.
Se trata de una abstención vergonzosa, indigna, que demuestra una vez más que muchos de los políticos que dicen representar a sus votantes en una institución, tan sólo representan unas siglas, incluso cuando las consignas que les llegan desde Madrid o Sevilla y a las que responden con una larga, cálida y prolongada sobada de lomo a sus ‘señoritos’, supongan un gravísimo perjuicio para la tierra a la que deberían defender.
Pero ojo que ese mismo día, el viernes, nuestro contertulio Antonio Jesús Hidalgo, nos puso sobre la pista de algo mucho peor, dentro del mismo ámbito. Si los socialistas de Huércal Overa dieron una lección de indignidad no votando a favor de la propuesta del equipo de gobierno de pedir al ejecutivo central que no castigue a Almería y a su agricultura con un absurdo adelgazamiento del citado trasvase, en el Ayuntamiento de Níjar, famoso ya porque a su alcaldesa le resbala todo lo que suponga el bienestar de sus conciudadanos, la propuesta la había presentado antes el grupo municipal de Vox y, desde el equipo de gobierno, en lugar de una cobarde y tímida abstención, se respondió a la misma votando en contra.
Esperanza Pérez Felices y su equipo, expertos en orines y otras aguas fecales, como las que siguen vertiendo de continuo en al menos dos ramblas del municipio mientras cobran a los ciudadanos la depuración de sus aguas negras, no han tenido empacho alguno en votar en contra de la petición al gobierno de su jefe supremo de que deje en paz el trasvase y, con él, deje en paz a la industria que nos da de comer a todos: la agricultura almeriense, que necesita imperiosamente de esa agua par sobrevivir.
No estaría mal que la susodicha alcaldesa o cualquiera de su equipo, ofreciera explicaciones a los ciudadanos de Níjar, especialmente a los que trabajan la tierra o viven de comercializar los productos que de ella salen, o las semillas con las que se fecundan, o los productos que sirven para mantener esta próspera industria, por qué demonios está en contra de pedir al gobierno más falsario de la historia de este país que no nos corte el grifo del agua que riega nuestros campos.
Doña Esperanza no lo hará, no ofrecerá ninguna explicación, porque para ella, el Ayuntamiento es su cortijo y no tiene obligación alguna de dar explicaciones a nadie. La duda es cuántos de esos ciudadanos, de los que la votaron en las pasadas elecciones, están dispuestos a seguir haciéndolo después de que haya vuelto a ‘orinarse’ en nuestra agricultura.