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Jesús Escudero vivió en Madrid el coche bomba que acabó con la vida de su padre, escolta del magistrado Francisco Querol y Lombardero. La etarra Ana Belén Egües Gurruchaga fue la presunta autora material de la explosión de un coche bomba que acabó con la vida de cuatro personas e hirió a otras 64 personas. Ahora, Marlaska y sus ‘viernes basura’ la han acercado desde Córdoba a Asturias, junto a la tierra en nombre de la cual asesinaba a inocentes, aún sin haber sido encausada por estos hechos.
Desde ‘esRadio’ y ‘Libertad Digital’ siempre se hace especial hincapié en recordar la estrategia del Gobierno de España de acercar a presos de la banda terrorista ETA a las cárceles vascas para tener el apoyo de la formación Bildu, la cual sostiene políticamente la coalición de gobierno ‘Frankenstein’. Jesús Escudero Turpín es el hijo de Jesús Escudero García, quien fue asesinado en un ataque contra el magistrado del Tribunal Supremo José Francisco Querol y Lombardero. Jesús ha estado en los micrófonos de ‘Es la Mañana de Almería’ para relatar lo que está sintiendo a raíz de estos «viernes basura» del ministro Marlaska.
Una de las presas que ha sido acercada en los últimos meses ha sido la supuesta líder del ‘Comando Madrid’, Ana Belén Egües Gurruchaga, quien puso un coche bomba en 2011 que causó un total de 97 heridos. Egües, que procede del centro penitenciario de Córdoba, ingresó en prisión el 10 de noviembre de 2001 y cumple condena de 30 años por los 97 asesinatos intentados, atentados, estragos y asociación ilícita. Cumplirá las tres cuartas partes de la condena en abril de 2024 y se ha dispuesto su progresión al tercer grado después de que haya aceptado la legalidad penitenciaria y presentado un escrito en el que rechaza la violencia, reconoce el sufrimiento de las víctimas y el daño causado por su actitud. Sin embargo en 2010, durante un juicio contra Gorka Palacios y Juan Luis Rubinach Roig por el asesinato del general de brigada Justo Oreja, aseguró que había sido «un honor» militar con ellos en el comando Madrid.
El entrevistado ya tuvo la oportunidad de relatar la triste y escalofriante historia de como su padre fue una víctima del terror etarra, relato que no deja indiferente a nadie que lo oiga por culpa de la crudeza de lo que relata. Jesús se ha querido acordar de todas aquellas personas que han perdido la vida por culpa del terrorismo y de todos aquellos familiares que han tenido que sufrir pérdidas.
Lo especialmente doloroso del caso es que ningún miembro del ‘Comando Madrid’ ha sido juzgado por esto, «Si nadie colabora con la justicia, al final los fiscales no quieren ir a juicio porque la lógica es que si va sin pruebas y sale libre, no se podría volver a juzgar», explica Jesús. A pesar de que hace tiempo se encontró una agenda en la que Ana Belén Egües Gurruchaga confesaba que fue ella misma quien apretó el botón y que existen varias pruebas como matrículas apuntadas en un mapa, los fiscales no consideran las pruebas lo suficientemente contundentes, «Ante esa disyuntiva de no tener claridad en las pruebas, prefieren dejar el caso parado hasta que en el futuro vayan apareciendo pruebas», se lamenta el entrevistado. La lógica que se siguió en ese momento fue la de esperar que se desarticulara otro comando para ver si nuevas pruebas daban la oportunidad de esclarecer el asunto pero al llegar la «tregua», la única prueba que podría aportarse con los testimonios de los acusados.
El vértice más grave del asunto es que este tipo de etarras se está beneficiando de un tipo de reducción de condena pensado para gente que se arrepiente y colabora con la justicia sin embargo, este crimen como otros muchos no ha podido ser juzgado. Tal y como ha dicho Jesús: «Al final las víctimas del terrorismo estamos en la misma situación, han perdido a alguien y puede que nunca se celebra juicio en la vida, eso te angustia, pero si encima sabes que los responsables se están aprovechando de ciertos privilegios para gente que colabora con la justicia… Estamos hablando de vidas humanas».
